miércoles, 20 de noviembre de 2013

M.S. 14. El Ángel Caído 3. "Juego peligroso"




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.:*INDICE DE ESCENAS PERDIDAS Y MOMENTOS ML*:.



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NOTA DE LA AUTORA: Tal y como les prometí, vamos a continuar con el fanfic "El Ángel Caído" desvelando los momentos oscuros del pasado de Mick. En esta ocasión, igual que en las anteriores, siguiendo con el episodio "Fleur de Lis" de la serie original, vamos a enlazar con momentos del pasado de Mick que él mismo nos va desvelando, según se desarrollan los hechos de su presente. Hoy les presentamos "Juego peligroso", a ustedes les toca juzgar si lo es o no. Espero que lo disfruten. Besos. Selene


"EL ANGEL CAÍDO" (Parte 3)

"JUEGO PELIGROSO"





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Octubre de 1955...

MICK:
La sangre roja brotaba de las dos pequeñas punciones hechas en el cuello, manchando la inmaculada piel de la joven, resbalando suavemente por entre sus pechos, que se levantaban y descendían una y otra vez en una convulsa respiración motivada por el miedo.

Coraline la sostenía frente a mí, observando mi reacción mientras la joven gemía impotente sin apenas poder moverse, paralizada por el pánico. Mis ojos plateados estaban clavados en aquel hilillo de sangre que seguía brotando de las pequeñas heridas, la sed seguía secándome por dentro pero yo no podía hacerlo, no lo haría otra vez…Esta vez estaba decidido a dejarme morir antes de volver a caer en la tentación.

- Bebe, hazlo Mick –me incitaba Coraline con su voz tentadora- No temas, bebe ahora… tú sabes que si no lo haces será peor

- No!! –grité con desesperación- No voy a hacerlo, no lo haré!!!. No quiero volver a matar, no puedo…No lo entiendes!! Todo esto es peor que la muerte y ya no puedo soportarlo, sólo quiero que acabe…No quiero matarla…No quiero matar a nadie más!!!

- De veras crees que tu muerte la salvará? Es eso lo que crees? – me preguntó con un hondo desprecio en su voz. Entonces agarró a la joven por la nuca y la lanzó contra la pared a su espalda sin consideración alguna, ella se golpeó al caer contra la esquina de un mueble y se desplomó inconsciente contra el suelo en un ruido sordo y lúgubre. Yo la miré horrorizado y luego volví mis ojos a Coraline. La irá que sentía era más fuerte que cualquier otro sentimiento que pudiera tener en aquel momento. La odiaba con un sentimiento que me era casi imposible refrenar, tan fuerte como la misma sed que me corroía las entrañas, la hubiera matado allí mismo con mis propias manos si pudiera hacerlo, pero no podía…no podía. Coraline tomó a la joven por el pelo, levantó su cabeza exponiendo la garganta como si fuera una marioneta en sus manos mientras me miraba con sus ojos oscuros, retándome, provocándome y luego, con un movimiento rápido, sobrenatural, sacó una daga y la rasgó el cuello. Cuando el frío filo de metal abrió su carne, la sangre brotó incontenible por la herida, tiñendo de un obsceno carmesí su piel. Escuché, horrorizado como su corazón dejaba de latir mientras Coraline tomaba una copa y recogía el líquido vital en ella.

-Beberás ahora o dejarás que se desperdicie – me dijo con frialdad mientras me ofrecía aquella maldita copa que recogía la vida que ella acababa de aniquilar sin el menor atisbo de piedad.

- Eres un monstruo. Me das asco!!! Grité con todas mis fuerzas y toda la repulsión que me salía de lo más profundo de mi ser mientras la sed seguía creciendo en mí, haciendo que mis sienes palpitarán en un macabro frenesí que me causaba aún más horror. En aquel momento no sabía si el odio era hacia ella o hacia mí mismo.

- Algún día me agradecerás lo que hoy no puedes comprender. No voy a dejarte morir Mick, yo sé que lo necesitas y conseguiré que bebas aunque para hacerlo me gane tu odio eterno.

- Para ser como tú? – le espeté con todo el desprecio del que mi alma, muerta o no, era capaz y ella simplemente esbozó una fría sonrisa.

- Debes sobrevivir, tienes que hacerlo, con el tiempo aprenderás que nada es tan terrible como crees, aprenderás a dominar tus impulsos, yo te enseñaré cómo, pero para eso primero debes saciarlos, evitar que la sed te domine…Si no lo haces, seré yo quien mate por ti, lo haré una y otra vez hasta que aprendas que no puedes escapar de lo que eres y entiendas que el único que puede hacer que cese toda esta muerte eres tú mismo. –Y volvió a ofrecerme la copa y mis ojos se centraron en ella, el horror dejaba paso a la avidez sin que mi conciencia pudiera evitarlo, la sed era más fuerte que yo, pero aún así era incapaz de dar un paso, la rabia y la culpa que convivían en mí me lo impedían. Entonces ella levantó su mano libre hacia su nuca. Aquella noche Coraline llevaba puesto un vestido de seda negra que se dejaba caer sobre su piel, ciñéndose insinuante por las curvas de su cuerpo, el cierre estaba anudado a su cuello y dejaba ver sus hombros desnudos. Ella desabrochó el cierre con calma mientras clavaba sus ojos provocadores en mí y el vestido se deslizó por su cuerpo hasta caer al suelo formando infinitos pliegues a sus pies, dejándola totalmente desnuda ante mis ojos. Luego tomó la copa de sangre, echó la cabeza hacia atrás y la derramó despacio sobre su garganta, la sangre densa y roja cubrió sus pechos y comenzó a resbalar por su vientre, hasta salpicar la tela negra a sus pies.

- Me odias ¿verdad? – Susurró con una mezcla de rabia y lujuria contenidas mientras lanzaba la copa contra la pared haciéndola estallar en mil pedazos. Te gustaría destrozarme, te encantaría devorarme si pudieras y encontrar un alivio a esa furia que te carcome por dentro…Entonces, hazlo…Libera tu rabia y tu odio en mí y hazlo!!-gritó con sus ojos oscuros y llameantes fijos en mí- Hazlo.. -jadeó después mientras daba un paso hacia atrás y se apoyaba en la pared ofreciéndome su cuerpo desnudo, bañado en la sangre aún caliente de la joven. Algo estalló en mi cabeza en aquel instante, el odio y la sed contenidos parecieron desatarse en mí, estallando como la lava de un volcán en erupción, oscureciendo cualquier otro sentimiento y me lancé a ella como una fiera ávida, hambrienta, desesperada…


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- C: Una patata?

- M:
No gracias, disfrútalas por mí.- Contesté a la mujer que tenía enfrente mientras me ofrecía, con toda naturalidad, una patata frita impregnada en una salsa roja que había cogido del plato con sus propios dedos. Ella se la llevó a su boca entonces y la saboreó como si se tratara de un auténtico manjar de dioses. Me parecía mentira que aquella joven despreocupada, pudiera ser aquella otra que una vez me condenó en vida a una muerte eterna y sin embargo se parecía tanto a ella… Había pedido una copa del vino preferido de Coraline, Romanée Conti Richebourg. Sólo alguien como ella podía mezclar lo prosaico con lo más exclusivo haciendo de la mezcla algo sorprendente y sofisticado... Y su sonrisa, aunque humana, tenía algo oscuro que no podía descifrar, igual que la de Coraline…Había en sus gestos aparentemente normales algo subliminalmente lujurioso y sus ojos, que me miraban con una perfecta naturalidad, ocultaban sabiamente algo que no sabría determinar con exactitud si era miedo o más bien satisfacción al contemplarse en los míos.





Me había propuesto averiguar la verdad sobre ella, saber si era cierto que nada tenía que ver con Coraline o si una vez más mi querida ex mujer estaba jugando conmigo. Creí tomar las riendas del juego, pero al final parecía que fuera ella quien lo dirigiera y no yo. Conseguí convencerla para que colaborara conmigo en el nuevo caso, un marido celoso había decidido seguir a su esposa, sospechando que ésta tenía un amante, nosotros debíamos encontrar las pruebas. Eso mantendría a Morgan-Coraline, suficientemente ocupada trabajando conmigo como para que Beth pudiera investigar más a fondo en su terreno sin ponerse en peligro.

En un principio confieso que me pareció un juego divertido e ingenuo acercarme a ella siendo yo el vampiro y ella la mortal, seducirla y convencerla…Si resultaba ser simplemente Morgan Vincent, hubiera sido refrescante e inocuo y si realmente se trataba de quien yo creía...Bueno,si eso resultaba ser cierto, el regreso de Coraline pondría fin a la culpa y los tormentos que había sufrido todos estos años después de aquella noche en que creí haberla matado y lo que era aún más importante para mí, habría encontrado ese milagro que siempre esperé, una inesperada manera de desandar el camino y volver a ser un hombre sin más temores ni tormentos que los del resto de los mortales, algo que para mí sería una bendición más eficaz que cualquier redención que pudiera lograr siendo vampiro. Merecía la pena seguirle el juego si aquello me llevaba a conseguir el objetivo que me había marcado, pero no tomé en cuenta cuál era el objetivo de Coraline, ni la tentación que ella podría suponer para mí bajo su nueva apariencia, incluso a pesar de todo lo pasado, o tal vez debido a ello...

Es difícil encontrar la lógica en una relación que nunca la tuvo. Supongo que la única explicación que puedo dar es que nuestra atracción fue siempre motivada por el deseo más puro, el más primario y también el más oscuro. La odié durante demasiado tiempo y la deseé de igual manera, igual que un drogadicto desea su dosis aún sabiendo que con cada caída camina a su destrucción. Era algo más allá de mi voluntad, de cualquier principio moral o de la propia conciencia. Ella me enseñó a mantener a raya mi parte más animal, pero también sabía cómo despertarla y disfrutaba obligándome a mantener el control al mismo tiempo, haciendo que el deseo y la frustración crecieran en la misma medida hasta concederme la más salvaje liberación. Sí, a ella le encantaba ponerme a prueba constantemente y una parte de mí, la más oscura, aquella que hoy me avergüenza mirar directamente, siempre se sintió excitada con ello.

Y había algo de prueba en la mirada de Morgan, en sus gestos, aparentemente sutiles pero en ocasiones tan directos, en sus gustos, sofisticados y exclusivos, exactamente iguales que los de Coraline, como pequeñas pistas que me llevaban a donde ella quería, pero también a lo que yo esperaba...Porque en lo más profundo de mi ser yo deseaba que Morgan fuera Coraline y a veces estaba seguro que casi podía sentir a la vampira que conocí en la mortal que tenía delante. Incluso en su perfume estaba oculto el rastro de ella, aquel penetrante olor a gardenias que ahora se mezclaba con la esencia de su sangre mortal, cálida y palpitante, un olor parecido al de Beth y a la vez tan diferente...tanto como el bien lo es del mal o la noche del día. Pero había algo más que me hacía pensar que era realmente Coraline quien se escondía en aquella apariencia mortal. Era una cuestión de piel, algo que se despertaba cuando la tenía cerca de mí y ella me miraba como esperando algo más. Era una especie de tensión sexual que me transportaba al pasado, algo oscuro, primario, casi animal, muy diferente a lo que sentía por Beth y era eso precisamente, el recuerdo de Beth y la meta que me había fijado, lo que mantenía mi conciencia viva para intentar controlar la situación, recordando que aquello era sólo un juego, un medio para lograr un fin...Si "un medio para lograr un fin"... eso que Coraline se había pasado décadas enseñándome... Pero no era tan fácil...De hecho no lo fue...porque cuando juegas con fuego es muy difícil evitar la quemadura...




...Continuará






NEXT MISSING SCENE....:*UNA CONVERSACIÓN PENDIENTE*:.


1 comentarios:

Moonlightaddicted dijo...

Hola Marisol,no había podido leer tu publicación hasta ahora,me gusta estar sola para ello,así lo disfruto más.Me ha parecido muy cortito,me he quedado con ganas demás.
Maravillosa tu descripción de los momentos de tormento de Mick y su dolor por ser un vampiro y tener que matar para subsistir.