viernes, 4 de enero de 2013

E.P. de ML: "Angel caído" 1ª parte




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NOTA DE LA AUTORA: Ha pasado mucho tiempo desde la última actualización en español de "Escenas Pérdidas" por eso antes de retomar el orden de episodios y comenzar de lleno con la siguiente escena prevista "ÉL ÁNGEL CAÍDO" les propongo esta especie de prólogo al que he titulado "MOMENTUM", les invito a leerlo y tal vez después entiendan el porqué de ese título, en cualquier caso, para aquellos de ustedes que conozcan "Moonlight segunda temporada virtual" este capítulo puede tener un significado especial.

Y ahora les dejo en la mejor de las compañías, la de nuestro querido Mick. Espero que lo disfruten. Besos

Selene

"EL ANGEL CAÍDO" (Parte 1)

"MOMENTUM"






MICK: No existe el negro totalmente negro, ni el blanco totalmente blanco, de la misma manera que nadie es puramente bueno o malo…Todos tenemos un lado oscuro, forma parte de la naturaleza humana y por supuesto es esencial en la naturaleza vampírica. Supongo que la diferencia consiste justamente en la voluntad de controlarlo…

Hace casi tres décadas que intento controlar ese lado oscuro que vive en mí, pero no siempre fue así, hubo un tiempo en que ese lado oscuro se apoderó de mi alma y de mi voluntad sin que pudiera tener otra elección, arrastrándome a un abismo en el que casi llegué a perderme. No es fácil vivir entre la conciencia y la muerte, entre la impía necesidad y la misericordia, sobre todo cuando la supervivencia está en juego…Llega un momento en que tienes que elegir. Yo lo hice y aún hoy vivo pagando por ello, avergonzado por el dolor y la muerte que causé al intentar escapar de mi propio infierno…

No, no es fácil convivir con la oscuridad eternamente…nunca lo fue para mí, tanto es así, que mis peores pecados los cometí intentando luchar contra mí mismo. Vivo cada día desde entonces recordando y lamentando lo que soy, y aunque lucho por dominarlo, aún hoy guardo en mi mente cada instante, cada sensación de aquellos primeros tiempos como vampiro que fueron también los últimos como humano. El recuerdo me hace más fuerte y me ayuda a no volver a caer y sin embargo es una lucha atormentada y dolorosa que tal vez nunca tenga fin.

Todo el mundo cree que un vampiro no tiene alma ni conciencia, que puede matar sin sentir, que es simplemente un depredador que acecha a su víctima con el único propósito de conseguirla y saciar su sed eterna…pero ¿es cierto? Tal vez para la mayoría de los de mi especie pero no para mí, aunque si bien es cierto que todo es más fácil cuando desconectas tu conciencia y te dejas llevar por el instinto, la verdad es que yo nunca tuve esa liberación completamente, hiciera lo que hiciera, para mí siempre había un después porque en mi corazón no muerto siempre existió el recuerdo de un antes.

¿Que cómo recuerdo aquel entonces? Bueno, lo cierto es que cuando te conviertes en vampiro no solo se agudizan los sentidos hasta el punto de llegar a sentir la vida de los demás, como una especie de paradójica maldición que te recuerda permanentemente que estás muerto; también las emociones se vuelven más intensas, a veces casi incontrolables, así el placer se vuelve una especie de euforia adictiva, el enfado se convierte en ira, el dolor y la pena en desesperación y el amor o el odio se transforman en obsesión…pero también los instintos primarios se vuelven más descarnados, una bestia ruge en tu interior y si no eres capaz de controlarla, si no hay nada más a lo que puedas o quieras aferrarte, esa bestia terminará devorando todo lo que haya en ti y lo hará sembrando la muerte en cada paso. Si a eso le añades la confusión inicial, la inexperiencia ante el poder y el miedo a lo desconocido, el resultado puede ser letal, de hecho, un vampiro reciente descontrolado puede ser tan peligroso para los humanos como para el resto de los vampiros. Por eso un vampiro reciente siempre necesita la guía de su Sire y supongo que Coraline también lo hizo conmigo, primero me mostró lo que es el hambre en su más cruel realidad para luego enseñarme a controlarla… aún hoy me pregunto si, después de todo, debo estarle agradecido por ello...

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Recuerdo aquella primera noche horrible de mi despertar, aquel dolor intenso que se extendía por todo mi cuerpo como un veneno que fuera poco a poco consumiéndome, el frío de la muerte había penetrado cruelmente en cada célula de mi cuerpo y sin embargo yo sentía que aquel frío me quemaba por dentro, aniquilando todo pensamiento salvo uno, el deseo de que parara…Sólo había una manera y cuando Coraline me la mostró y yo la acepté, comencé a odiarnos a los dos, a ella por convertirme en un monstruo y a mí por no tener la fuerza suficiente para luchar contra mi instinto y tener el valor de dejarme aniquilar por mi hambre antes de llegar a matar para sobrevivir.

Bebí la sangre de aquella mujer inocente que Coraline puso en mis manos y cuando probé su sabor, el frío se hizo calor, el dolor dio paso a un placer insano que se volvió euforia junto con el poder de dominar su miedo y transformarlo en rendición…Sentí su vida en mí con cada succión, el hambre se convirtió en necesidad y a partir de ese instante ya no podía parar, era como si no quisiera que aquello acabara…Sentí la calidez de la vida perdida regresando a mi cuerpo, sentí aquellos latidos bombeando en mí mientras el placer se transformaba en una especie de frenesí que me arrastraba a devorar todo de ella…

Tuve su vida en mis labios y un instante después la vida se volvió muerte y la pérdida despertó de nuevo el frío, el hambre, el vacío más desesperante…Por un instante la conciencia regresó y me di cuenta del horror de lo que había hecho, miré mis manos manchadas de sangre y corrí aterrado como si hubiera un lugar en el mundo en el que pudiera escapar de lo que era…

Llegué a un oscuro callejón desierto y me dejé caer contra la pared, estaba desesperado, asustado, sólo deseaba estar muerto, pero ya lo estaba, una muerte cruel me rodeaba impidiéndome descansar…Sentía aquella sed eterna torturando mi cuerpo, rasgando mi entrañas y también sentí el miedo a saciarla de nuevo…Un segundo después el olor dulce de la sangre regresó a mí, unos pasos pequeños se acercaron a donde yo estaba, oí literalmente palpitar un corazón y entonces escuché la voz de una niña a mi espalda preguntándome “¿Por qué lloras?” Luché con todo lo que quedaba en mí mientras le pedía que se marchara…pero ella no se marchó, se quedó allí, juntó a mí, mientras su mano pequeña, inocente y viva se posaba en mi espalda suave y cálida como la de un pequeño ángel intentando consolar a un demonio… Sentí una punzada en mi interior, una sensación extraña, como una mezcla de terror y alivio…Un segundo después regresaron la sed y la necesidad que parecían devorar mis entrañas igual que fieras hambrientas, despertadas por aquel dulce y delicioso olor y el dolor volvió a intensificarse haciendo palpitar furiosamente mis sienes aunque no hubiera pulso en mis arterias, sentí como el hielo llegaba a mis ojos y de repente ya no había voluntad en mí de dominarlas, solo el deseo de saciarlas…




Me giré hacia ella transformado en el monstruo en que me había convertido, pero al verme reflejado en la inocencia azul de sus ojos y verla transformada en miedo algo me paralizó. Me llevé las manos a la cabeza cubriéndome la cara como si quisiera arrancarme aquella visión de mi pensamiento y cuando abrí los ojos, apenas un segundo después, aquella mirada inocente había desaparecido y eran los oscuros ojos de Coraline los que me observaban con una mezcla de ternura y satisfacción mientras sus labios besaban los míos manchados de sangre inocente aún caliente…


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Jamás supe si aquello fue real o una pesadilla fruto de mi propia lucha interior o tal vez fue una especie de premonición que en aquel entonces no podía comprender, pero lo cierto es que aquella visión me persiguió durante años. Hubo muchas noches oscuras después de aquella y muchas de ellas también llegaron a parecerme auténticas pesadillas después de vivirlas, la tentación de la sangre viva era a veces demasiado fuerte y cuanto más quería escapar de ella, más cruel era mi necesidad, pero cada vez que mataba, cada vez que me alimentaba y me dejaba arrastrar por la tentadora oscuridad que la propia Coraline ponía ante mí, buscando en ella la efímera e insana evasión a una realidad que nunca terminé de aceptar por completo, yo veía aquellos ojos azules inocentes mirándome como si fueran el espejo de mi conciencia, luchando por alejarme poco a poco de aquel abismo sin que yo me atreviera a devolverles la mirada, hasta que llegó el tiempo en que la visión cobró vida y la encontré a ella, a Beth, era como si el destino quisiera darme otra oportunidad y con ella encontré la fuerza definitiva para cambiar…






Sí, aquella mirada inocente apareció de nuevo ante mí  treinta y tres años después de mi conversión, cuando llevaba tres años separado (intermitentemente) de mi mujer y lo hizo en la mirada de aquella niña que Coraline había secuestrado intentando una nueva reconciliación.  Los ojos azules llenos de miedo de la pequeña Beth parecían gritarme en silencio buscando mi ayuda, mostrándome al mismo tiempo un nuevo camino y cuando por fin me atreví a mirarlos y sentí la cálida inocencia de su contacto, ella me hizo encontrar la paz que había perdido. Pero esa mirada me mostró algo más, algo que estaba prohibido para alguien como yo… y aquella noche en la terraza de mi apartamento, veintidós años después de nuestro primer encuentro, cuando la niña se había convertido en mujer y el pasado había regresado de nuevo, cuando toda la verdad salió a la luz y ella supo quién era yo realmente y me besó la mejilla como la noche en que la salvé de Coraline, yo me sentí de nuevo incapaz de mirarla… ¿Cómo podría hacerlo sabiendo lo que sabía?






El regreso de Coraline revivió el recuerdo de ese pasado que tanto había tratado de olvidar y en ese momento, cuando Beth me besó, sentí que solo había una manera de merecerla realmente, de poder sentirme digno de ella…El monstruo que vivía en mi interior debía desaparecer definitivamente ¿Pero era eso posible o tal vez solo bastaba con deshacerme para siempre de mis fantasmas? Supongo que en aquel momento pensaba que ambas cosas significaban lo mismo.


Me había aferrado a la esperanza del perdón y de una cura cuando creí ver regresar de la muerte a la mujer que me había convertido en vampiro transformada en una mortal bajo la identidad de Morgan Vincent, pero descubrir que Morgan no tenía el tatuaje de Coraline me demostró que aquella idea sólo era una quimera fruto de mi propia desesperación… Y sin embargo, si algo había aprendido al lado de Coraline es que las cosas no siempre son lo que parecen…









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