E.P. ML: "Desde el Fuego" (pasado y presente)

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"DESDE EL FUEGO (Pasado y Presente)"

NOTA DE LA AUTORA: "Desde el Fuego (Pasado y Presente)" es una escena especial que incluye partes de ficción y partes fieles a la serie original. Está basada en los episodios 7,8 y 9 de la temporada original de ML y recoge el regreso de Coraline y lo que este regreso supone para Mick y Beth a nivel individual y a nivel de relación. Coraline aparece como un revulsivo necesario que llevará a nuestra pareja por diferentes caminos hasta llegar a un punto común. Veremos esta historia en dos partes, esta semana les presento "Sueños" que es por así decirlo el prólogo de esta historia y "Atrapados en el pasado", en la próxima entrega veremos "El Ángel Caído" que será la escena que complete la terna de este bloque y que se centrará en el episodio 9 de la serie original. Espero que lo disfruten. Thanks for reading. Besos. Selene

"SUEÑOS"

Mírame...Mírame...

Beth subía la escalera, pisando descalza uno a uno cada peldaño y Mick sentía que, de alguna manera, cada paso que ella daba la acercaba más a Josh y la alejaba más de él. La veía subir mientras sus ojos seguían hechizados por el recuerdo prohibido de aquella piel viva y hermosa bajo sus manos, adivinando cada curva de su cuerpo, apenas escondidas bajo su propia camisa, soñando con lo que pudo ser y no fue...Ella se alejaba de él y su cuerpo y su mente sólo eran capaces de rogarle en silencio "Mírame...mírame solo una vez más..."...Como si bastara solo una mirada de ella para saber que seguía siendo suya, aún a pesar de no poder tenerla. Al llegar a los últimos escalones, Beth se detuvo unos segundos y sus ojos se volvieron furtivos hacia él, luego continuó su camino hasta desaparecer de su vista. Era una tímida respuesta, pero suficientemente clara para él. Sus manos se cerraron sobren los brazos del sofá y un impulso irrefrenable le hizo levantarse para ir tras ella...Esta vez no pensaba desechar la mano del destino.

Segundos después estaba frente a la puerta del baño. Sus ojos recorrieron en las sombras aquel cuerpo de mujer, perdiéndose en cada centímetro de ella mientras su vista subía lentamente desde los tobillos hasta sus muslos y mucho más allá cuando ella se dispuso a abrir el grifo de la ducha. Beth, ajena a su mirada, se desabrochó lentamente la camisa y la dejó resbalar por sus hombros dispuesta a entrar en la ducha. Entonces un suave gruñido de él la sorprendió. Beth se giró sobresaltada mientras la ropa terminaba de caer al suelo y él se quedó atrapado en su espléndida desnudez, en aquella mirada, entre inocente y seductora, con la que ella respondió a sus ojos de plata mientras que sus manos cubrían por instinto su repentina desnudez ante él.

Él se veía realmente irresistible allí parado, inmóvil, apoyado en el marco de la puerta, entre la luz y la sombra. Por un lado era como un cazador que, conmovido por su belleza, se hubiera enamorado de su presa, y por otro como el hombre desesperado que ruega alcanzar el amor prohibido pero teme tocarlo. Los labios entreabiertos, la sombra de su cuerpo masculino e imponente y el brillo plateado de sus ojos clavados en ella, entre el deseo y la súplica, la hicieron sentirse la mujer más deseada del mundo. Si él estaba dispuesto a amarla, ella no iba a negarle nada, no podría hacerlo aunque quisiera, no a él. Sintió cómo el deseo que brotaba de sus ojos de vampiro recorría ahora su cuerpo como oleadas de calor extendiéndose por sus venas y entonces, sus manos, que seguían cubriendo aún sus pechos y su pubis desnudos, bajaron su barrera, dejando todos sus secretos a la luz para él...El joven vampiro pudo admirar entonces la belleza de su cuerpo de mujer en todo su esplendor y el control que hasta entonces había ganado la batalla, se derrumbó por completo. Salió de la sombra, dio un paso hacia ella y otro más, y cuanto más se acercaba, mayor era la tentación y la necesidad de sentirla en sus brazos. A medio camino, su aroma, suave y delicioso, lo acarició una vez más y él cerró los ojos y se dejó envolver por aquel perfume hecho mujer para él. Esta vez estaba dispuesto a responder a su llamada sin que nada más importara. Abrió los ojos buscando más de ella, extendió un brazo en busca de su cintura y la atrajo hacia él, movido por la necesidad insuperable de tenerla. La sedosa suavidad femenina topó con la potente dureza de su virilidad, endureciéndole aún más, mientras sus labios, sedientos de ella, se perdían en la dulzura tentadora de su boca, robando su aliento, haciendo suya su respiración.

Su boca devoraba la de ella, reinventándola para él, saboreando cada segundo, cada centímetro, cada rincón. Sus manos se perdían por su cuerpo, deleitándose en el tacto cálido y suave de su piel mientras sus brazos la estrechaban más y más contra su cuerpo anulando toda distancia, con el único deseo de sentirla, de amarla y ella sintió que el mundo se desvanecía a sus pies mientras aquellos brazos poderosos la sostenían impidiéndole caer.

Mick pudo escuchar el pulso de ella acelerarse hasta cabalgar por sus arterias, sintió su aliento de mujer gemir de pasión y ahogarse en su boca mientras cuerpo suave y cálido se estremecía y se abandonaba a él en el momento en que sus caricias invadieron su núcleo y él también gimió de placer al sentirse dulcemente capturado por la cálida humedad de su deseo...un deseo que era solo por él y para él, como si hubiera estado esperando callado hasta que él lo despertara. De repente sintió una necesidad inconfesable y quiso probar de sus dedos el delicioso sabor femenino de su excitación y aquel sabor único y delicioso golpeó su voluntad y su sexo, poniendo aún más en evidencia su propio deseo. Fue entonces que la levantó en brazos y la llevó a la cama, mientras sus bocas seguían hablando de amor sin necesidad de pronunciar palabras.

Él la hizo el amor con una mezcla indescriptible de pasión y ternura hasta llevarla al borde de la locura como nunca antes había estado y él amó cada segundo en ella. Cuando sintió que su cuerpo no iba a aguantar más aquel tormento de placer, ella gritó su nombre y le ofreció su cuello desnudo, "Oh Mick, yo soy tuya, siénteme...". Los colmillos brotaron al instante como si siguieran una orden, aquellos labios fríos se posaron en la fina piel de su cuello, y el hielo de su piel se hizo fuego haciéndola arder. Sintió el suave y húmedo tacto de su lengua acariciándola y una corriente eléctrica recorrió se cuerpo desde la nuca hasta la punta de los dedos de los pies. Después sintió un dolor intenso cuando los colmillos penetraron su piel, pero el dolor se transformó en apenas unos segundos en la expresión pura del placer más infinito. Su cuerpo se rompió entonces estallando en una sinfonía de sensaciones nunca antes vividas ni soñadas y cada convulsión de placer que sacudía su cuerpo, se hacía aún más intensa con cada sorbo que él daba de su sangre. Él también se dejó arrastrar en aquella sinfonía maravillosa de sensaciones, que atrapaba su mente e invadía sus sentidos y su cuerpo llevándole al borde de la más exquisita y dulce locura, hasta que llegó un momento en que no pudo aguantar más... desenvainó los colmillos de aquella piel de porcelana, echó la cabeza hacia atrás y rugiendo el nombre de ella se derramó por completo en una entrega perfecta. Luego, exhausto, se derrumbó sobre su pecho cálido, abrazándola con fuerza mientras se dejaba envolver por el dulce vaivén de su respiración y la calidez de su piel, que ahora parecía arder en la suya, contagiándole de vida.

Ella le susurró un "te amo" mientras acariciaba y besaba los oscuros rizos de su cabello y entonces levantó el rostro de él en busca de una respuesta. Pero se sorprendió cuando vio que los ojos de él estaban llenos de lágrimas, un segundo después sus pupilas se volvieron de fuego. De repente, las llamas cubrían la habitación y él estaba atrapado en ellas. Beth, desesperada, trataba de sacarle del fuego con todas sus fuerzas, pero algo le retenía en él impidiéndole salir. Entonces Mick soltó sus manos y ella vio, impotente, cómo la imagen de él se desvanecía entre las llamas.

...Beth despertó cubierta de un sudor frío, casi helado. Tardó unos segundos en reaccionar y darse cuenta de que el teléfono estaba sonando sin cesar. Contestó, aún confundida. Era Maurine, un incendio se había propagado en el centro de la ciudad y un emblemático edificio se estaba consumiendo en él. Beth colgó el celular tras decir maquinalmente "Está bien, voy para allá", pero, aún cuando cortó la llamada, sus ojos seguían perdidos en las llamas de su sueño. Finalmente el agua la hizo reaccionar y una tímida sonrisa intentó dibujarse en su rostro mientras se miraba en el espejo cuando su mente le repetía, solo era un sueño...un sueño y nada más...El agua tibia resbalaba por su piel aplacando el fuego, arrastrando el frío, mientras su mente se debatía entre los recuerdos de aquel sueño, entre el deseo por tenerle y el miedo de perderle...

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MICK: Si algo se aprende cuando se vive eternamente es a no acostumbrarse a nada, porque todo puede cambiar... y justo cuando crees tenerlo todo a tu favor y eres feliz por ello, es cuando ocurre.

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"ATRAPADOS EN EL PASADO"

Después de lo vivido con Beth, los sentimientos habían aflorado en mi alma y en mi piel más de lo que podía permitirme, yo sabía que era peligroso, que no debía y sin embargo, poco a poco, soñar con amarla se había convertido en una nueva ilusión a la que quería aferrarme. La maldición de la soledad comenzaba a desaparecer y cuando me miraba en sus ojos me daba cuenta de que amar y ser amado empezaba a ser algo real para mí, quizás demasiado real a veces, tanto que no siempre era fácil dominar los impulsos del deseo y éste acababa por invadir mi mente en los momentos en que bajaba las defensas y el subconsciente era quien mandaba.

Pero aquel día no fue el deseo por Beth si no un extraño presentimiento lo que me sacó de mi descanso. Antiguos fantasmas volvieron a rondar mis más dulces sueños, emborronándolos con su simple recuerdo. Por unos segundos sentí que la luz se hacía noche de nuevo y desperté inquieto.

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Siénteme llegar,
Se que me escuchas tocar a tu puerta
así que ábrela y libérame.

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El atardecer teñía ya el horizonte de colores naranjas y violetas, hasta que la tenue luz del sol desapareció por entre las crestas de los edificios que se imponían, orgullosos y altivos, retando al cielo. Algo iba a ocurrir, podía sentirlo en el aire, supongo que eso forma parte del instinto animal del vampiro, presientes el peligro, pero no sabes en qué forma y lugar se va a presentar. Sin embargo, en aquel momento no quería pensar en nada. Cuando la mente no puede descansar, lo mejor es mantener entretenido el cuerpo, así que decidí canalizar toda energía en algo que me distrajera y liberara mi ansiedad y el ejercicio físico era una buena opción.

Nunca imaginé que el pasado estaba tan cerca, protegido en el manto del olvido que otorga el tiempo, acechando entre las sombras como la fiera que vigila a su presa, hasta saltar al presente en el modo y lugar más inesperados.

Fue en ese momento, mientras hacía mis ejercicios vespertinos, cuando un fuerte olor a quemado volvió a despertar mis alertas. Vi las llamas irrumpiendo en el sereno azul nocturno, tiñéndolo con su naranja rabioso. Al comprobar el lugar del que provenía el fuego, decidí acercarme hasta allá, movido por una extraña corazonada. El lugar resultó ser más conocido para mí de lo que quisiera. Otro de los últimos refugios que quedaban para guardar los recuerdos de mi vida pasada, se derrumbaba ante mis ojos como un funesto augurio. Ver crepitar las llamas, devorando aquel edificio en el que había vivido hermosos momentos de mi infancia, me llenaba de impotencia. Era como si aquellas llamas también me estuvieran arrebatando parte de mis recuerdos, llevándose la memoria de aquellos que en otro tiempo amé y por los que me sentí amado, tiempos en los que aún era mortal e inocente y todo era limpio y claro ante mis ojos, tiempos en los que fui feliz con las cosas más pequeñas , las mismas que hoy me parecen tesoros inalcanzables...Y ahora, aquel fuego estaba destruyendo todo aquello mientras devastaba la fachada de aquel inmueble, la única ventana que me quedaba a mi niñez, reduciéndolo todo a cenizas ante mis ojos sin que yo pudiera hacer nada...

Solo había una persona capaz de entender lo que yo sentía y esa era Beth. Su mirada tierna y comprensiva era lo único capaz de mitigar mi angustia, ella siempre era como un oasis de luz, de ternura, en medio de la oscuridad y la desesperanza que siempre parecía rondarme.

Es curioso, pero en los momentos más extraños puedes llegar a sentirte afortunado, porque crees que has encontrado a alguien y que puedes volver a empezar y construir nuevos recuerdos que cubran el vacío de aquellos que se perdieron en el mar del tiempo. Es entonces cuando el pasado se resiste a ser relegado al olvido definitivo y regresa para alcanzarte y recordarte que no eres libre. Bastó con que me diera la vuelta para que me diera de cara con el mío. Fue entonces cuando la vi a ella, Coraline, la mujer que me convirtió, mi carcelera.

Hubo un tiempo en que Coraline fue mi dueña, mi obsesión, mi locura y también mi tormento y mi condena. Hubo un tiempo en que me perdí por ella como si nada más importara, atrapado en la pasión que ella me despertaba. Una obsesión tan nociva como primaria, que se convirtió en fiebre. Esa fiebre se extendió por mis venas y mi cuerpo, aniquilando mi voluntad y mi alma, como una infección que corrompiera todo a su paso, dejándome sumido en la nada más infinita. No fue fácil romper las cadenas que me ataban eternamente a ella y a su oscuridad. Creí que después de todos estos años en los que había tratado de recuperar mi alma perdida, todo aquello había quedado atrás, pero no fue así...

Una vez decidí borrar la oscura huella de mi pasado para salvar la luz que surgía en mi presente...pero el pasado nunca se fue del todo... No, nunca se fue...Yo seguí cargando con el fantasma de Coraline desde entonces, seguí revolcándome en mi propia culpa después de dejarla atrapada en las llamas y aunque aquella noche le di la espalda, fui incapaz de dejarla ir. Definitivamente hay ciclos que no basta con dejar a medias, no basta con cerrar los ojos y darle la espalda al pasado para intentar seguir adelante y empezar de nuevo, porque, aunque no quieras, al final siempre ocurre algo que te obliga a mirar atrás. Solo hay una manera de superarlo. Hay que mirarlo directamente a la cara para entender su significado, para aprender su lección, pero eso no siempre resulta fácil, no cuando lo que pretendes es escapar de él, en mi caso, o enterrarlo en el olvido, en el caso de Beth.

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Coraline sabía muy bien cómo manejarme y utilizó precisamente aquello que la separó de mí para atraerme a su lado, aquella humanidad que yo me negaba a perder era mi mayor debilidad y ella estaba dispuesta a utilizarla para llegar hasta mí, aunque, sin duda, su mejor arma resultó ser mi conciencia. Fue así como se convirtió en mi fantasma durante todos estos años y yo se lo permití como una auto imposición, un castigo que sólo buscaba compensar el sentimiento de culpa que me dejó su muerte.

No, realmente nunca fui libre, simplemente cambié una cadena por otra y la única manera de romperla definitivamente era que el fantasma desapareciera, pero yo no estaba preparado aún para dejarle ir...Beth había conseguido borrar parte de aquel dolor, con ella había aprendido a mirar hacia adelante, con ella había encontrado nuevas esperanzas, nuevas razones para vivir, pero Coraline tenía todavía el dominio de la culpa y del pasado en mí, su sangre corría en la mía y no estaba dispuesta a perder el terreno ganado en otro tiempo. Por eso regresó, para reclamar lo que aún consideraba suyo y lo hizo como sólo ella sabía.

No sé qué fue lo que sentí realmente cuando la vi en medio de aquel lugar. Era como ver un fantasma surgido de la nada que se paseaba ante mí, burlándose de mi desconcierto con su medida indiferencia. Supongo que el hecho de haberme sentido atrapado en la culpa desde el instante en que creí haberla matado, hacía que volver a verla ante mí fuera como una especie de liberación. Eso sería lo lógico y sin embargo no fue así. Ella no había regresado para liberarme si no para todo lo contrario. Desde el instante en que la vi, volví a estar enjaulado, atrapado en su red, en la necesidad de saber, en la desesperación de la incertidumbre que ella sembraba en mí con su juego cruel. Ella me enredó en su trampa y la liberación que su vida debería suponer, acabó por convertirse en otra jaula.

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Ella urdió un plan para acercarse a mí siguiendo su más puro estilo, retorcido, cruel pero efectivo. Se disfrazó de víctima, la chica en apuros que necesita del detective, sembró el camino de pequeñas pistas que me hablaran del ayer, de quién era ella en realidad y que al mismo tiempo me lo desmintieran, sembrando la confusión con su sutil ironía y después me hizo regresar a aquella noche 22 años atrás, al fuego...esa era su forma de castigarme por el pasado, de recriminarme por mi traición, obligarme a recordar aquello que me atormentaba, escenificándolo ante mis ojos, apelando a mi conciencia, reviviendo mi culpa y lo que es aún peor, también lo hizo ante los ojos de Beth, desafiando su olvido, pero afortunadamente con ella no funcionó, al menos no en aquel momento.

Sí, Coraline escogió para su regreso el mismo vehículo que una vez la separó de mí, el fuego y el mejor disfraz de todos, el más sorprendente e inesperado, el de la mortalidad. Todo vale en el amor y en la guerra y ella estaba dispuesta a jugar sus cartas aunque no fuera ya suya la partida. Y así surgió de la nada vestida de casual inocencia mientras tejía una nueva red para mí. Ella vino preparada para atormentarme, para confundirme, para acabar por convertirme en un monstruo una vez más y volver a tenerme a su merced y para lograrlo, esta vez tenía que invertir los papeles, desquiciarme con sus sutiles maquinaciones, hasta que llegó un momento en que ella acabó pareciendo la víctima y yo el verdugo. No importaban los riesgos ni las víctimas, a ella siempre le gustó jugar con fuego, esa era su forma de llevarme al borde, de perderme en sus sombras para luego esgrimir una esperanza ante mis ojos, la esperanza de lo imposible, de lo impensable. La primera vez fue la inmortalidad y ahora era justamente lo contrario, un antídoto a mi maldición, una cura para la eternidad... y sin embargo mi maldición no era lo que yo era, mi maldición era ella y la única cura posible era el olvido, el adiós definitivo...Ahora lo sé, pero entonces me costaba demasiado entenderlo, mi conciencia me lo impedía, la culpa del pasado pesaba demasiado en mí.

Hubo momentos en los que creí enloquecer, necesitaba saber si ella era quien yo quería que fuera aunque la lógica y las evidencias me lo negaran, hasta que finalmente perdí el control, caí en su trampa y acabé mostrando a la bestia en busca de una prueba que respondiera a mis preguntas, su tatuaje...Estaba desesperado, quería la verdad y ella no me la daba y una noche en la que sus juegos fueron más allá de lo soportable no pude aguantar más. Me abalancé sobre ella sin importarme sus gritos, rasgué sus ropas con mis manos en busca de una evidencia, tenía que ser ella, tenía que serlo para que yo pudiera descansar, para poder liberarme de la culpa, pero además deseaba creer en la esperanza escondida tras su mortalidad, un milagro, una cura que me hiciera volver a ser quien fui, que me liberara de la maldición de la noche eterna y me permitiera empezar de nuevo. Pero no lo tenía, no había ningún tatuaje y todas las esperanzas se esfumaron en un instante. Fue entonces que me vi cubierto por su sangre, mis manos, manchadas, temblando ante la evidencia, el hambre brotando en mis ojos, la desesperación oscureciendo mi alma y me horroricé de mí mismo. Había llegado al límite tan solo por un recuerdo, por una esperanza imposible y absurda.
Esa era la lección de mi pasado, nada cambiaría mientras yo no estuviera decidido a hacerlo cambiar y sin embargo me limité a cerrar los ojos una vez más. En aquel instante volví a sentirme un monstruo otra vez, ella se acababa de encargar de recordármelo y al hacerlo también me alejaba de Beth, de la esperanza de poder amarla.... Yo era lo que era por mucho que me empeñara en olvidarlo...eso era lo que Coraline buscaba desde el comienzo, cerrarme todas las puertas hasta que solo quedara la suya, pero en ese entonces yo ya no veía a Coraline, solo podía ver mis manos manchadas de sangre inocente y, viéndome allí, atrapado en mi pasado, perdido como lo estuve en otro tiempo, sentí que todos mis sueños se volvían cenizas de nuevo y lo único que deseaba en aquel instante era desaparecer con ellos.

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BETH: "Los recuerdos pueden ser frágiles, por momentos débiles como susurros y por momentos poderosos como gritos. He dedicado tanto tiempo de mi vida a huir de mi pasado que ignoré los susurros hasta que al final solo quedaron los gritos".

Cuando miro hacia atrás, ahora que sé la verdad, entiendo tantas cosas...Conocí a Morgan (Coraline) de la misma manera que conocí a Mick y tuve con ella una sensación parecida a la que tuve la primera vez que me "reencontré" con él, sin embargo esa sensación fue mucho más débil. En Mick todo me resultaba familiar y cálido. Su rostro, sus ojos, su voz, su olor, su sola presencia me hacía sentir segura, aunque no lograra saber ni cómo ni porqué. Con Morgan solo tuve una extraña sensación pasajera, como de frío, una especie de déjà vu cuando miré a sus ojos que desapareció al instante, antes de que mi conciencia le diera importancia. Supongo que ese fue uno de los susurros que me negué a escuchar...ese y los sueños que comenzaron a atormentarme de nuevo, en los que siempre estaban Mick, el fuego y algo más, una sombra que le arrastraba a las llamas y le alejaba de mí dejando mis manos vacías.

Yo no sé cuándo fue que descubrí la verdad que nos unía y al mismo tiempo nos separaba, tal vez lo supe desde el momento en que vi la reacción de él al encontrarla, como si en ese momento no hubiera nada más... sin embargo, aún entonces, me negué a escuchar. Era como si una parte de mí temiera descubrir la verdad, pero esta vez no eran mis recuerdos los que me asustaban, eran los suyos. Aquel amor del que nunca me había querido hablar y que hasta ahora parecía muerto en él, amenazaba con resurgir de sus cenizas a través del rostro de Morgan y Mick parecía incapaz de ver ni oír nada más, como si estuviera hechizado por ella, bajo el influjo de una oscuridad que regresaba para atraparlo. No, realmente no era amor, era obsesión, algo que yo no podía entender pero que me hacía daño. Me dolía su confusión y también su sufrimiento, pero también me dolía sentirme fuera de su vida por primera vez. Aquello me descolocaba, me hacía sentir insegura, incompleta. Hasta que algo en mí acabó rompiéndose cuando me confesó su verdad, cuando vi en sus ojos la decepción al descubrir que Morgan no era Coraline. Le pregunté y no hubo respuesta, pero su mirada me decía que una parte de él deseaba que ella volviera, que lo necesitaba...vi la impotencia en sus ojos mezclada con su silencio y aquella fue suficiente respuesta para mí...A pesar del daño, de la traición, de las mentiras, a pesar de todo, él no había podido olvidarla. Al ver su mirada perdida en su ayer, le sentí alejarse de mí...un nudo ahogó mi garganta e intenté simular las lágrimas de mi impotencia. Su dolor se hacía también mío, pero yo no podía luchar contra un fantasma.

Y sin embargo ese fantasma se hizo de carne y hueso ante mis ojos solo unas horas después, cuando regresé a Buzzwire y terminé mi reportaje. Morgan estaba allí, mirándome de una manera extraña. Cuando terminé la transmisión y le di las gracias por su colaboración en el caso, ella me devolvió una mirada helada, oscura y entonces lo supe. Aquella mujer que tenía enfrente no era Morgan. La mujer que creía una amiga se quitaba ahora la máscara y mostraba su verdadero rostro declarándome la guerra...

Ella me miraba con suficiencia y su mirada arrogante parecía gritarme a la cara que yo no era rival para ella. Aquello desató mi orgullo de mi mujer, pero también hizo algo más, fue el primer paso que me ayudaría a retirar el velo que cubría mi pasado...

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Después de lo ocurrido en el cementerio con Morgan y de contarme lo que Coraline fue para él, Mick volvió a encerrarse en sí mismo y, aunque él seguía a mi lado, protegiéndome, volvió a levantar las barreras a imponer la distancia como si todo lo que había pasado entre nosotros hasta ese momento nunca hubiera ocurrido. Tal vez él pudiera hacerlo, pero yo no y cada vez me costaba más mantener ese límite invisible que él imponía, tal vez porque después de todo lo vivido, sentía que, de alguna manera, él me pertenecía igual que yo le pertenecía a él y sin embargo aún quedaban sombras entre nosotros...Secretos ocultos en el olvido que tal vez siempre conocí pero que no quise ver hasta que saltaron a mis ojos.

Aquella noche yo me había quedado con Audrey en el apartamento de Mick, era el único lugar seguro para las dos. Audrey y todo lo que tenía que ver con ella me conmovía. El trauma que vivió de niña cuando aquel asesino mató a sus padres ante sus ojos, la pesadilla constante en la que se convirtió su vida desde ese instante, sin tener un solo momento de paz mientras aquel asesino rondaba por su vida, acechándola noche y día, sin poder aferrarse a nada ni a nadie que le diera seguridad...todo eso me hizo compadecerme de ella. De repente sentía la necesidad de protegerla como si en ella viera a la niña asustada que una vez fui. Todo aquello me podría haber pasado a mí después de mi secuestro y sin embargo no me ocurrió, yo siempre me sentí segura aunque nunca quisiera preguntarme ni el cómo ni el porqué y finalmente fue allí, en casa de Mick, donde encontré la respuesta.

Audrey se había quedado dormida y yo decidí dejarla descansar. Entonces, no sé porqué, pensé en Mick, recordé las restricciones que me había hecho justo antes de irse, no entres allí, no vayas allá...Para mi espíritu curioso, el "no" era casi como una invitación al sí. Miré a mi alrededor, estaba en su territorio y de repente sentí la necesidad de saber más de él, de su trabajo, de su vida. Entré en el despacho, en todas partes había un rastro invisible de él, algo impregnado en el ambiente, algo tan familiar para mí y por otra parte tan necesario, que mi cuerpo deseó que se hiciera tangible para poder abrazarlo. En ese momento vi un jersey suyo descansando sobre el respaldo de una de las sillas del despacho, instintivamente me aferré a él, lo llevé a mi rostro y aspiré su olor...

Aquel aroma me traía tantos recuerdos, tantas sensaciones mezcladas. Era la seguridad y la aventura, la pasión y la ternura, la pertenencia, lo familiar y lo prohibido, la calma y el deseo...el pasado y el presente...Sí, él también era el pasado...Entonces dejé a un lado la prenda y me encaminé hacia el archivo que había a un lado de la estancia, los casos estaban clasificados en dos grandes gavetas por años, 2002-2005 y al lado había otra fecha que captó poderosamente mi atención, 1982-1985...1985...el año de mi secuestro...Siempre se me olvidaba la edad real de Mick, era algo que nunca terminé de asimilar, incluso a pesar de conocer su secreto, tal vez porque en ese dato tan simple y tan obvio estaba la clave de todo e quizás mi mente decidió ignorarlo para preservarme de lo que había detrás...pero en ese momento me sentí despertar, era como si por primera vez fuera realmente consciente de todo, como si por primera vez me diera cuenta de que él y yo podíamos haber coincidido en el pasado y entonces sentí la imperiosa necesidad de saber...Revisé los nombres de cada carpeta instintivamente, buscando algo concreto, algo que en el fondo de mí sabía que encontraría...Sentía mi corazón golpear fuerte en el pecho hasta que finalmente lo encontré...

Allí estaba la conexión que nos unía en el pasado, allí estaban las respuestas a todas mis preguntas, la cuestión era si estaba preparada para conocerlas...Lo cierto es que no lo pensé ni un segundo, abrí la carpeta y al hacerlo el velo del olvido terminó por caer completamente...No había informe, no había datos, solo había fotos que me hablaban de una vida entre las sombras...Mick había estado conmigo todo este tiempo protegiéndome en la sombra, me había visto crecer, había velado mis sueños, había captado mis momentos más felices y también los más tristes...Era él, siempre fue él... Acababa de encontrar a mi Ángel Guardián y sin embargo, al ver todo aquello, me sentí traicionada. No me hacía daño descubrir la verdad...lo que me hizo daño fue pensar en su silencio.

Las piezas del rompecabezas se habían unido...

Mick regresó en el momento justo, cuando el asesino de Audrey estaba a punto de rebanarme el cuello para beberse mi sangre antes de ir por su presa. En ese instante, aún viéndolo totalmente transformado ante mis ojos, me di cuenta de que él siempre sería mi Ángel Guardián...

...Una vez que Audrey estuvo completamente a salvo y pudo sentir por fin la paz de un sueño tranquilo después de tantos años, tomé la carpeta de mi expediente y fuí a buscarle...pronto amanecería y yo no podía esperar, había llegado el momento de que ambos habláramos desde la verdad...

...Mick estaba apoyado sobre el muro del mirador, la cabeza baja, la mandíbula apretada, la mirada perdida hacia ninguna parte...Hacía apenas unas horas, él había sido el héroe absoluto, ahora solo era el hombre, vulnerable, inseguro, avergonzado, que temía mirarme a los ojos por miedo a lo que vería en ellos, el reproche, el enfado o la decepción...Pero no había nada de eso en mí, yo no podía odiarle por haberme salvado, aunque para hacerlo hubiera tenido que matar a alguien a quien amaba, ni tampoco podía reprocharle que durante todo este tiempo hubiera velado por mí aunque fuera en la sombra. No había decepción para mí salvo la de su silencio...¿Por qué no me lo dijo antes?¿Por qué dejo que creyera que eran imaginaciones mías?...Y sin embargo él no podía habérmelo contado, no, no podía...Eso lo vi en sus ojos llenos de lágrimas cuando enfrentó los míos...

MICK:¿Cómo contarle que maté a la mujer que amaba por salvarla, que he vivido atormentado desde entonces con la culpa de su muerte y sin embargo volvería a hacerlo de nuevo si volviera a estar en peligro?¿Cómo decirle que había velado sus sueños siendo una niña, que en el silencio de la noche había tomado su pequeña mano entre las mías cuando las pesadillas la asaltaban, que la había visto crecer, jugar, reír y llorar y que ahora me había enamorado de ella?¿Cómo decirle que aquella niña se había hecho mujer ante mis ojos y que yo la deseaba?¿Cómo decirle que soy un monstruo por amarla, que cada día sueño con tenerla a pesar de que fue, es y será siempre mi niña?

BETH:El se avergonzaba por amarme, para él ese era un pecado horrible que no se podía perdonar y lo nuestro era un amor imposible que nunca podría funcionar, pero no para mí...Yo ya no era la niña que una vez cuidó, ahora era una mujer y también le amaba...¿Cómo hacerle entender que debía estar en paz con su pasado?¿Cómo hacerle entender que él seguía siendo mi Ángel Guardián pero que también necesitaba al hombre?¿Cómo hacerle entender que él era todo para mí y que yo le amaba por eso?

Fue entonces que el sol inoportuno salió de su escondite. Su brillo le hacía daño, él intentó protegerse de su luz extendiendo su mano frente a sus ojos pero no era suficiente, la luz se colaba por entre los dedos hiriendo sus ojos que intentaban ocultarse tras la sombra de su mano...

- Ahora sabes porqué no podrá funcionar.

- Lo único que sé es que desde que te conozco he dejado de utilizar la palabra "nunca"

Realmente no sé qué era lo que le hacía más daño, si el brillo del sol o la verdad que leía en mis ojos y escuchaba de mis labios. Pero fuera lo que fuera, yo estaba allí para protegerle, para agradecerle el pasado y ayudarle a mirar sin miedo al presente. Estaba allí para ayudarle a salir de sus sombras, para demostrarle que siempre existe la esperanza y que yo estaría a su lado para encontrarla...El sol derramaba su luz, los secretos del pasado se habían disuelto. Cubrí su mano con la mía, me acerqué a él para proteger su rostro con mi sombra, le miré a los ojos con toda la ternura de la que era capaz mi alma, puse mi mano en su pecho y le besé en la mejilla...Para mí se habían acabado las sombras, le había encontrado a él y todo tenía sentido. Le sentí temblar ante mi contacto y en aquel momento le amé más que nunca...Un nuevo día empezaba dejando la noche atrás, pero... no para él...Su alma seguía atrapada...

MICK: Hubiera deseado que aquel beso fuera eterno porque mientras sus labios tocaron mi piel, todo temor desapareció de mí. Sin embargo el beso terminó y su fin me trajo de vuelta a mi realidad..

BETH:Rompí el beso y busqué de nuevo sus ojos. Él parecía no querer abrirlos pero cuando lo hizo me encontré de nuevo con la distancia, con el silencio...él seguía atrapado en ese pasado, en esa noche de culpas y tormentos, incapaz de ver la luz y yo sentí que tenía que liberarlo pero ¿cómo?.

Aquella tarde, después de acompañar a Audrey a su casa, regresé a mi apartamento. Estaba agotada tras toda una noche de insomnio, me dejé caer en el sofá y allí mismo me quedé dormida. Volví a soñar...Mick,sus ojos llenos de tristeza, el fuego y aquella sombra...y los susurros se convirtieron en gritos y los gritos despertaron en mí el lado más oscuro cuando la sombra de la mujer que aparecía en mis sueños cobró forma y la vi a ella, a la mujer que me aterrorizó de pequeña, a Coraline. La misma que un día destruyó a Mick y que ahora amenazaba con apartarlo de mi lado mientras sonreía su triunfo. Pero yo no podía permitirlo, no, no la dejaría destruir lo que amaba ni que volviera a aterrorizarme, no dejaría que le apartara de mi lado, no permitiría que nos hiciera daño otra vez ni que le hundiera en su noche...Aquello me dio las fuerzas necesarias, había llegado el momento de enfrentar los fantasmas para poder vencerlos, es algo que me debía a mi misma, pero sobre todo era algo que le debía a él. Si él necesitaba de vuelta a su pasado para enfrentarlo, para liberarse de sus culpas, yo se lo traería, le mostraría la verdad que se ocultaba detrás de Morgan. La descubriríamos los dos.

...Continuará

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EL ANGEL CAÍDO (Parte 1). "MOMENTUM"

Recuerda que también puedes enlazar con la Segunda temporada virtual de Moonlight leyendo la última escena perdida

.:*TRAS CERRARSE LA PUERTA*:.

Kisses.

Selene

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