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.:*INDICE DE ESCENAS PERDIDAS Y MOMENTOS ML*:.
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MICK: “Por un lado está lo que nosotros queremos, lo que pensamos o deseamos y luego están las millones de coincidencias que no controlamos y que nos sitúan en un determinado lugar, en un determinado momento…Esas coincidencias pueden llegar a cambiar nuestra vida para siempre… Pero… ¿quién las controla?...”.
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Después de lo ocurrido en el desierto, la puerta de los sentimientos comenzó a abrirse peligrosamente para mí…Ella tenía la llave y la estaba utilizando, yo se lo había permitido aún sin quererlo y ahora que esa puerta empezaba a abrirse, me daba pavor ver lo que podía encontrar al otro lado, lo que podría pasar con ella y conmigo si dejaba que aquella llama se prendiera por completo. Realmente me aterraba pensar a dónde podría llevarnos todo aquello…No estaba preparado para volver a amar, no estaba preparado para volver a sufrir...
Definitivamente ella y yo pertenecíamos a mundos diferentes... a tiempos diferentes. No había nada que yo pudiera ofrecerle salvo soledad o muerte y en eso precisamente consistía mi vida. Yo jamás dejaría que ella tuviera ese destino y tampoco podía luchar contra el cruel paso del tiempo que acabaría arrebatándomela, así que sólo podía hacer una cosa antes de que aquella puerta se abriera por completo y ya no hubiera marcha atrás…Tenía que volver a cerrarla...
Definitivamente ella y yo pertenecíamos a mundos diferentes... a tiempos diferentes. No había nada que yo pudiera ofrecerle salvo soledad o muerte y en eso precisamente consistía mi vida. Yo jamás dejaría que ella tuviera ese destino y tampoco podía luchar contra el cruel paso del tiempo que acabaría arrebatándomela, así que sólo podía hacer una cosa antes de que aquella puerta se abriera por completo y ya no hubiera marcha atrás…Tenía que volver a cerrarla...
Estaba decidido a pasar mi abstinencia lejos de ella, a huir de la peligrosa tentación que ella representaba para mí. Así que cada vez que sentía la necesidad de buscarla, que sentía la llamada de su sangre y del calor de su piel, me refugiaba en el hielo del congelador y me repetía una y mil veces que aquel día no había pasado nada, que no la deseaba, que no la necesitaba, que lo que había ocurrido en el desierto no significaba nada…nada…aunque para mí lo hubiera significado todo... Me lo repetía una y otra vez hasta crear la ilusión en mi mente de que aquella mentira era verdad, aún a sabiendas de que no lo era, de que ya no podría serlo jamás... Si mi razón era ella, si mi vida se centraba en protegerla, amarla sería perderla y eso sí que no podría soportarlo.
Me aterraba pensar en Coraline, en lo que ella me hizo, en lo que podría hacerle yo a Beth si continuaba tentando al peligro y perdía el control... Tal vez suene ilógico, pero en aquel momento me pareció que la distancia era la única manera de seguir teniéndola y eso precisamente fue lo que quise que hubiera entre nosotros, distancia.
Me aterraba pensar en Coraline, en lo que ella me hizo, en lo que podría hacerle yo a Beth si continuaba tentando al peligro y perdía el control... Tal vez suene ilógico, pero en aquel momento me pareció que la distancia era la única manera de seguir teniéndola y eso precisamente fue lo que quise que hubiera entre nosotros, distancia.
Solo si regresaba a mi soledad ella estaría a salvo, lo estaríamos los dos…Por eso cerré los ojos y me quedé tras la puerta, dejándola a ella al otro lado, fuera de mi vida...aunque nunca pude dejarla fuera de mí...
Sin embargo hace tiempo aprendí que no importa lo que uno quiera ni lo que uno piense. Si el universo tiene otros planes para tí, podrás correr pero no esconderte...
*DESTINO*
(Basado en el episodio 5 "Arrested Development" de la serie original)
(Basado en el episodio 5 "Arrested Development" de la serie original)
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PRIMER ENCUENTRO...
BETH: Le dejé uno, dos, tres…hasta cuatro mensajes en el contestador, pero él nunca me contestó y poco a poco mi necesidad y mi nostalgia por él, se volvieron desesperación e ira… ¿Por qué me estaba rehuyendo? ¿Por qué me ignoraba? Yo le había sentido en el desierto, le di mi sangre, le hice volver, le sentí en mí y me entregué a él como nunca antes me había entregado y como nunca me hubiera podido entregar a nadie más después. En aquel motel le hubiera dado más que mi sangre, le hubiera dado todo lo que había en mí, mi cuerpo, mi alma y mi vida…Todo, sin importarme nada de lo que quedara después…Es más, yo diría que en cierta forma se lo di… y sin embargo él me respondió dándome una vez más lo que siempre me había dado cuando me atrevía a tocar la puerta de su alma…Silencio…Sólo silencio.
¿Por qué?
Una parte de mí ya conocía la respuesta a esa pregunta, pero sencillamente yo no quería entenderlo, no podía aceptarlo...Él me estaba amando con aquel silencio, protegiéndome de él y de mí misma, pero yo solo podía sentir el dolor y el desconcierto por la cruel cobardía que significaban para mí su silencio y su ausencia en aquel momento.
Mi mente repasaba una y otra vez cada segundo de lo ocurrido en el motel, intentando averiguar lo que estaba pasando por su mente, intentando descifrar qué era lo que él sentía en realidad. Necesitaba desesperadamente escuchar el metal de su voz, mirar sus ojos una vez más y confirmar si él también sentía lo que sentía yo. Pero él parecía no querer darme ninguna opción para que pudiera leer esa verdad, tal vez porque sabía que si lo hacía, tendría que enfrentarla, tendría que reconocerla y eso era precisamente lo que no quería…
Mi mente repasaba una y otra vez cada segundo de lo ocurrido en el motel, intentando averiguar lo que estaba pasando por su mente, intentando descifrar qué era lo que él sentía en realidad. Necesitaba desesperadamente escuchar el metal de su voz, mirar sus ojos una vez más y confirmar si él también sentía lo que sentía yo. Pero él parecía no querer darme ninguna opción para que pudiera leer esa verdad, tal vez porque sabía que si lo hacía, tendría que enfrentarla, tendría que reconocerla y eso era precisamente lo que no quería…
¿Qué podía hacer yo?
Esperar. Solamente esperar... a pesar de que me moría por volver a verle mucho más de lo que hubiera podido imaginar, tanto así que tuve que luchar contra mí misma para respetar la distancia que él me imponía, mientras deseaba con todo mi ser que él decidiera romper aquel silencio cruel con el que había decidido pagar mi entrega.
Pero no fuimos ni él ni yo si no el destino, el que decidió cruzar de nuevo nuestros caminos.
Pero no fuimos ni él ni yo si no el destino, el que decidió cruzar de nuevo nuestros caminos.
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Tres días después de lo ocurrido en el desierto, Josh pasó por mi casa temprano antes de ir al trabajo, como lo había hecho cada día después de aquel en que yo dejé de pertenecerle, aquel en el que, por primera vez, me sentí realmente de alguien, alguien que no era él.
Aquella mañana estaba especialmente abatida. Josh se alarmó e insistió en acompañarme al hospital, quería que me hiciera una analítica para ver si todo estaba bien y no había contraído algún tipo de infección al “pincharme con la alambrada”… "alambrada"...Esa fue una mentira piadosa dictada paradójicamente por mi propia conciencia.
Tanto insistió en esa prueba que yo accedí para que se quedara tranquilo…Si él supiera…ojalá hubiera una vacuna que pudiera liberarme de lo que sentía, pero no la había. Nada ni nadie podría hacerlo…Sólo él, sólo Mick… y ahora él había desaparecido dejando la marca imborrable de su recuerdo en mi piel y en mi alma.
Recuerdo que, saliendo del laboratorio, de camino al ascensor, Josh también llegó a mencionar la ausencia de Mick, le extrañaba que no hubiera aparecido por la casa ni siquiera para preguntar por mí...Pobre Josh...Una parte de mí quería sentirse culpable y sin embargo, al escuchar el nombre de Mick, la voz de Josh volvió a sonar vacía en mi oído, como el sonido de la lluvia que cae monótona e inconsistente y yo seguí caminando como una autómata a su lado, sin ver ni escuchar nada más, porque mi mente había dejado de estar ahí. Había vuelto a estar con Mick en aquel motel del desierto…
Recuerdo que, saliendo del laboratorio, de camino al ascensor, Josh también llegó a mencionar la ausencia de Mick, le extrañaba que no hubiera aparecido por la casa ni siquiera para preguntar por mí...Pobre Josh...Una parte de mí quería sentirse culpable y sin embargo, al escuchar el nombre de Mick, la voz de Josh volvió a sonar vacía en mi oído, como el sonido de la lluvia que cae monótona e inconsistente y yo seguí caminando como una autómata a su lado, sin ver ni escuchar nada más, porque mi mente había dejado de estar ahí. Había vuelto a estar con Mick en aquel motel del desierto…
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MICK: Llegué al hospital y me quedé esperando el ascensor, tenía que subir al laboratorio para recoger los resultados de unas muestras de sangre que tenía pendientes para un caso…Sangre…solo recordar esa palabra me hacía pensar en ella y avergonzarme por ello…
La puerta del ascensor se abrió y la gente comenzó a entrar, yo me quedé esperando mi turno. De repente estaba lleno y no había hueco para mí…Cosas del destino…Me volví resignado esperando mejor suerte en el ascensor que había justo enfrente. Entonces se abrieron las puertas y yo me quedé atónito cuando la vi aparecer ante mis ojos…A veces, cuando se trata de Beth, tengo la sensación de que pensar en algo que no quiero que ocurra, es como desear que suceda...y al final, por extraño que parezca, acaba sucediendo.
BETH: El corazón me dio un vuelco cuando le tuve delante, era como si alguien hubiera escuchado mis deseos y hubiera decidido complacerlos y sin embargo aquel encuentro resultó tan distinto a lo que yo hubiera deseado...
Apenas lo vi no supe cómo reaccionar, sentía la alegría de verlo y al mismo tiempo la ira por aquel silencio al que me había condenado y al que no podía resignarme.
MICK: La sorpresa primero y su mirada después, consiguieron dejarme sin palabras. No había nada que pudiera decir ante el reproche que asomaba a sus ojos…Nada…y mientras procuraba esquivar su mirada, sólo intentaba pensar en una cosa, ella debía seguir con su vida sin mí y yo debía hacer lo posible para que así fuera. Doliera lo que doliera, costara lo que costara... Tenía que mentirle a ella igual que me había mentido a mí mismo, hacerle creer que nada había pasado...pero nadie dijo que eso fuera a resultar fácil, ni siquiera a pesar de mis buenos propósitos... a Beth no era tan sencillo mentirle y menos aún si para hacerlo tenía que mirarle a los ojos...
BETH: los vampiros no son muy buenos mintiendo, al menos él no...
La casualidad nos sorprendió a ambos y los dos preguntamos a la vez “¿Qué estás haciendo aquí?”. Yo respondí primero y él pensó en voz alta sin darse cuenta...primer error para él y primer punto para mí...Él había conjeturado que los análisis de sangre eran porque Josh y yo íbamos a casarnos. Su expresión era casi de pánico, su voz temblaba y apenas pudo terminar la frase. No hizo falta, yo la terminé por él…¿Cómo iba a casarme con Josh después de lo que había pasado?¿Cómo podía pensarlo siquiera? Yo lo negué, por supuesto, pero lo hice con tal vehemencia que pareció que la sola idea de una boda entre Josh y yo era un disparate…Pobre Josh, aquello también le afectaba a él y sin embargo, en aquel momento, tres era una multitud. Josh se había difuminado para mí y en ese instante sólo estábamos Mick y yo.
Mick respiró aliviado tras mi respuesta y aquel gesto fue suficiente para mí, tal vez fuera un lapsus de su subconsciente pero a mí me bastó para confirmar algo que ya intuía…
Mick respiró aliviado tras mi respuesta y aquel gesto fue suficiente para mí, tal vez fuera un lapsus de su subconsciente pero a mí me bastó para confirmar algo que ya intuía…
Cuando yo le pregunté qué hacía él allí, el subconsciente volvió a traicionarle, mencionó la palabra “sangre”, y en ese momento su mirada se volvió esquiva, avergonzada, luego mencionó la palabra “trabajo” mientras miraba a Josh, como si se excusara ante él... y en ese punto ya no fue capaz de mirarme. Sus ojos huidizos me mostraron lo mismo que aquel día, cuando él se negaba a alimentarse de mí, impotencia, vergüenza e incluso miedo, pero estaba vez todo parecía envuelto en un velo de fingida normalidad que me exasperaba.
Él jamás admitiría nada, yo lo sabía. Se escondería en su concha y me cerraría la entrada por temor a ir más allá, de hecho eso era lo que estaba haciendo, pero yo no estaba dispuesta a conformarme con su silencio, no aceptaría su huída sin más. Esta vez él me debía algo más que eso y yo no iba a parar hasta que su boca confesara lo que tímidamente asomaba a su mirada. Si para eso tenía que ser directa con él y dejar el orgullo a un lado, lo haría…Necesitaba tener una conversación con él a solas y por eso le mencioné que le había dejado un mensaje en su contestador, quería que me llamara y se lo dije … Pero no sirvió de nada, él no parecía dispuesto a recoger el guante y su respuesta no pasó de ser un simple gesto de cortesía, un sí que quería decir no...¡aquello era desesperante!
Josh intervino y la conversación derivó en algo casi surrealista cuando acabó invitándole a nuestro aniversario…aquello era demasiado para mi conciencia, que parecía despertarse por momentos para luego volver a desaparecer...Era una situación tan extraña que tuve la sesanción de que la tensión entre los tres casi se podía cortar con un cuchillo. Quise intervenir ante aquella invitación descabellada, casi obscena aún desde la ignorancia, pero Mick me interrumpió y dio una respuesta que bien podría servir tanto para la propuesta de Josh como para la mía -“Me encantaría, pero... no puedo”- Esa era la verdad…no podía… por eso se estaba apartando de mí, pero ¿qué pasaba conmigo? ¿Acaso no importaba lo que yo quisiera?
La puerta del ascensor volvió a abrirse de una manera proverbial justo en aquel instante en el que la tensión del silencio había vuelto a dominar la escena. Entonces él se despidió. La forma en que lo hizo estuvo a punto de hacerme perder el control, cada palabra cortés que salió de sus labios se clavó en mí como la afilada punta de un alfiler -“Felicidades…un año juntos… eso es…algo especial”-…? ¿ESPECIAL?¿Cómo podía decir algo así después de lo que habíamos compartido él y yo? Confieso que ese comentario me dolió más aún que su silencio y tuve que tragarme mi enfado y mi orgullo de mujer herida para no abofetearle allí mismo , pero también había algo cierto, algo que se escondía entre líneas en aquella frase, en el tono de su voz y en su mirada, algo que me dejó bloqueada...Una mezcla de culpa, dolor y renuncia...Estaba cerrándome la puerta y ya no había nada que yo pudiera hacer...Él simplemente había decidido por mí.
Él jamás admitiría nada, yo lo sabía. Se escondería en su concha y me cerraría la entrada por temor a ir más allá, de hecho eso era lo que estaba haciendo, pero yo no estaba dispuesta a conformarme con su silencio, no aceptaría su huída sin más. Esta vez él me debía algo más que eso y yo no iba a parar hasta que su boca confesara lo que tímidamente asomaba a su mirada. Si para eso tenía que ser directa con él y dejar el orgullo a un lado, lo haría…Necesitaba tener una conversación con él a solas y por eso le mencioné que le había dejado un mensaje en su contestador, quería que me llamara y se lo dije … Pero no sirvió de nada, él no parecía dispuesto a recoger el guante y su respuesta no pasó de ser un simple gesto de cortesía, un sí que quería decir no...¡aquello era desesperante!
Josh intervino y la conversación derivó en algo casi surrealista cuando acabó invitándole a nuestro aniversario…aquello era demasiado para mi conciencia, que parecía despertarse por momentos para luego volver a desaparecer...Era una situación tan extraña que tuve la sesanción de que la tensión entre los tres casi se podía cortar con un cuchillo. Quise intervenir ante aquella invitación descabellada, casi obscena aún desde la ignorancia, pero Mick me interrumpió y dio una respuesta que bien podría servir tanto para la propuesta de Josh como para la mía -“Me encantaría, pero... no puedo”- Esa era la verdad…no podía… por eso se estaba apartando de mí, pero ¿qué pasaba conmigo? ¿Acaso no importaba lo que yo quisiera?
La puerta del ascensor volvió a abrirse de una manera proverbial justo en aquel instante en el que la tensión del silencio había vuelto a dominar la escena. Entonces él se despidió. La forma en que lo hizo estuvo a punto de hacerme perder el control, cada palabra cortés que salió de sus labios se clavó en mí como la afilada punta de un alfiler -“Felicidades…un año juntos… eso es…algo especial”-…? ¿ESPECIAL?¿Cómo podía decir algo así después de lo que habíamos compartido él y yo? Confieso que ese comentario me dolió más aún que su silencio y tuve que tragarme mi enfado y mi orgullo de mujer herida para no abofetearle allí mismo , pero también había algo cierto, algo que se escondía entre líneas en aquella frase, en el tono de su voz y en su mirada, algo que me dejó bloqueada...Una mezcla de culpa, dolor y renuncia...Estaba cerrándome la puerta y ya no había nada que yo pudiera hacer...Él simplemente había decidido por mí.

Luego su mirada se volvió de nuevo hacia Josh...Sí, Josh estaba ahí, estaba en mi vida aunque para mí parecía haberse borrado durante todo el tiempo que estuvimos junto al ascensor hasta aquel preciso instante en que le oí darle las gracias a Mick...Fue entonces cuando tomé conciencia de lo que estaba pasando...Ni él ni nosotros teníamos la culpa de lo ocurrido en el motel y sin embargo todos estábamos pagando ya por ello de alguna manera...Mick renunciaba a mí obligándome a hacer lo mismo, a seguir un camino que yo ya no quería seguir, mientras que Josh, el auténtico convidado de piedra en medio de todo esto, comenzaba a darse cuenta en aquellos momentos de que, aunque me seguía teniendo a su lado, ya había empezado a alejarme de él de una manera que comenzaba a ser irremediable... Si aquello era lo correcto, si la renuncia era la única opción, daba la sensación de que ninguno de los tres parecía ganar nada con el sacrificio, más bien al contrario, todos perdíamos... No se puede luchar contra el destino y menos aún si al hacerlo estás luchando contra tí mismo...El triángulo ya estaba hecho y lo estaría hasta que uno de los tres vértices desapareciera.
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Después de aquel encuentro intenté resignarme, esconder lo que sentía e intentar volver atrás una vez más porque él no me dejó otra alternativa pero nada de eso parecía tener sentido, mucho menos cuando tenía el presentimiento de que mi destino era Mick y no Josh, aunque, en ese entonces, sólo yo parecía pensarlo...
Volví al trabajo por la tarde, en aquellos momentos era mi única válvula de escape, necesitaba mantener mi mente ocupada para no pensar y sin embargo, mientras estaba sentada frente al ordenador, mis ojos se desviaban una y otra vez hacia el celular. Seguía esperando o más bien deseando aquella llamada que no llegaba, que no llegaría jamás...
Maurine había estado encerrada en su despacho toda la tarde pegada al teléfono, sus contactos le habían soplado algo que parecía "jugoso", como a ella le gustaba decir, pero Maurine no mandaba a sus chicos a la calles a cubrir nada que no hubiera cotejado debidamente, eso es algo por lo que siempre me he sentido orgullosa de trabajar para ella. Más allá del morbo que los casos de Buzzwire pudieran despertar, a Maurine le interesaba que la noticia fuera veraz y no un mero rumor creado para subir la audiencia.
Maurine había estado encerrada en su despacho toda la tarde pegada al teléfono, sus contactos le habían soplado algo que parecía "jugoso", como a ella le gustaba decir, pero Maurine no mandaba a sus chicos a la calles a cubrir nada que no hubiera cotejado debidamente, eso es algo por lo que siempre me he sentido orgullosa de trabajar para ella. Más allá del morbo que los casos de Buzzwire pudieran despertar, a Maurine le interesaba que la noticia fuera veraz y no un mero rumor creado para subir la audiencia.
Así que mientras yo esperaba a que llegaran lo detalles del nuevo caso a cubrir, intenté distraer mi mente con los preparativos para el aniversario. Josh iba a encargarse de la cena también en esta ocasión. Lo cierto es que le encantaba consentirme y yo siempre me había sentido cómoda con sus cuidados y atenciones, pero la verdad es que nunca me había planteado ir más allá, simplemente me había dejado llevar y ahora, de repente, después de mi encuentro con Mick, todo lo que antes me hacía sentir bien, comenzaba a agobiarme....incluso aquella cena o más bien lo que significaba, también me agobiaba. Por primera vez sentía que mi espacio estaba siendo invadido más de lo que yo deseaba, me sentía atrapada, asfixiada y sin embargo no tenía corazón para quejarme ante Josh, supongo que la conciencia no me permitía hacerlo e instintivamente busqué algo para acallarla una vez más.
Miré de nuevo la pantalla del ordenador buscando en google ideas culinarias. Josh sabía que me encantaba el pollo asado y eso era lo que iba a preparar para aquella noche, pero esta vez tendríamos invitados y pensé que tal vez estaría bien algo especial. Me pareció que era el momento de contribuir en algo, de corresponderle de alguna manera o más bien de compensarle. Al fin y al cabo la fiesta era para los dos... pero no, no lo era...Después de aquel encuentro con Mick en el hospital yo ya no tenía nada que celebrar.
Estaba leyendo la enésima receta cuando Maurine dejó el informe sobre mi mesa…Bastó con que me mencionara el modus operandi para que mi corazón brincara en mi pecho, me levanté de mi asiento como por un resorte olvidándome de la receta, de la cena y de todo lo demás y salí de la oficina hacia el lugar del crimen.
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Entré en el despacho, aún tenía clavada su mirada en mí como una estaca insertada en medio del corazón, pero la decisión estaba tomada, era la hora de volver a mi rutina e intentar dejar de pensar en ella...Me pasé las manos por el cabello, intentando con ello despejar mi mente y me dispuse a organizar el papeleo pendiente que había en mi despacho, necesitaba encontrar algo que me mantuviera ocupado.
Alguien llamó a la puerta en ese momento, pensé que tal vez la Providencia se apiadaba de mí enviándome lo que necesitaba, así que me apresuré a abrir la puerta.
Se trataba de unos padres desesperados que buscaban a su hija, la chica había decidido volar por su cuenta y buscar suerte en la gran ciudad, pero el camino que siguió para encontrarla no era ni de lejos el que cualquier padre hubiera deseado para su hija. Ahora sólo faltaba saber a dónde le había llevado su elección...Ellos me pidieron ayuda para encontrarla y yo, por supuesto, acepté...
Pero, curiosamente, las coincidencias empezaron a sucederse de nuevo, una tras otra, hasta llevarme al punto del que trataba de escapar y al que, paradójicamente, me moría por llegar.
SEGUNDO ENCUENTRO...
MICK: “Puede que el destino sea algo que cada cual tiene escrito en el libro de su vida y de lo que no puede escapar, escoja el camino que escoja. O puede que sea solo el resultado de las elecciones que hacemos, de las acciones de emprendemos, que nos sitúan en un determinado lugar, en un determinado momento y que van manejando nuestra vida sin apenas darnos cuenta".
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MICK: Fui al apartamento de la chica según la dirección que me consiguió Rider, la nueva adquisición de Josef. Esperaba hallar pistas que me ayudaran a encontrar a la chica viva pero lo que me encontré fue la escena de un crimen...Las pistas tangibles que hallé allí junto con las otras menos tangibles que me ofreció mi olfato de vampiro, me condujeron irremisiblemente al último lugar que hubiera elegido para el encuentro entre Cherise y sus padres, la morgue. Sin embargo lo que encontré allí no supuso el final de la búsqueda, si no más bien el principio.
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BETH: Se suponía que aquella noche debería estar en casa, celebrando con Josh y nuestros amigos nuestro primer aniversario juntos y anunciando tal vez el siguiente paso a dar en nuestra relación y sin embargo, de un momento a otro, había cambiado todo eso por estar en la morgue ante un cadáver. Dicho así da qué pensar, pero lo cierto es que cuando mi amiga Marisa levantó la copa e hizo su brindis por nosotros, me sentí realmente asfixiada, enjaulada y culpable. A penas tenía fuerzas para corresponder al brindis, no podía brindar por algo que ya no sabía si quería, no podía beber de aquella copa porque estaría traicionándome a mí misma.
Hubiera deseado que la tierra me tragara en aquel momento, pero no hizo falta... mi celular sonó en ese instante y yo sentí como si hubiera sonado la campana, la puerta de emergencia se abría y yo solo deseaba cruzarla y salir corriendo. Lo más curioso de todo es que el brindis de Marisa era por el destino que un día decidió unirnos a Josh y a mí, el mismo que hoy parecía empeñado en separarnos y al que yo, en aquel preciso momento y a pesar de la conciencia, solo podía estarle agradecida.
MICK: Contra todo pronóstico, el encuentro entre Cherise y sus padres no se zanjó en el depósito de cadáveres. Afortunadamente me equivoqué en eso también. Mi infalible lógica deductiva había fallado esta vez y no es que eso me molestara en aquel momento, pero sí confieso que me sorprendió. Parecía como si de repente no fuera capaz de encontrar nada de lo que buscaba y sin embargo lo encontré allí mismo...Encontré aquel dulce y suave perfume oculto entre el olor a muerte que invadía la estancia y entonces supe que ella también estaba alli.... Los dos habíamos seguido pistas diferentes y éstas nos habían llevado al mismo lugar y una vez más su presencia volvió a convertirse en pregunta y a la vez en respuesta. Una respuesta que el destino me daba y que yo seguía negándome a escuchar.
No era la primera vez que buscar a alguien desaparecido me llevaba a encontrarme con mi destino...y mi destino parecía ser ella aún a pesar de mí...Creo que, en el fondo, yo también deseaba que así fuera...Sí, lo deseaba, pero había demasiadas razones para seguir negándomelo a mí mismo y también a ella.
Fuera como fuera, aquel segundo encuentro se convirtió en la prueba de que el universo parecía rechazar la decisión que yo había tomado y esa evidencia terminó por posarse en el cristal de los ojos de ella para clavarse después en mí, exigiendo una respuesta...Más que eso, me exigía una verdad que yo no podía confensar, una verdad que me había negado segundo a segundo desde lo ocurrido en el desierto...Reconocerlo sería como derribar la barrera que yo mismo había levantado y volver a ponerla en peligro.
Pero fue inútil tratar de simular lo contrario, olvidé que ella podía leer en mí cosas que ni yo mismo me atrevía a ver...
¿Que la había estado evadiendo? Sí, claro que sí, ella lo sabía y yo lo sabía...no eran necesarias las palabras...y ¿cómo no iba a hacerlo después de aquello? Por todos los diablos!! -"Yo soy un vampiro, no puedo evitarlo y tú nunca estarás segura a mi lado, por eso debes quedarte con Josh"-. Eso era lo que quería que ella entendiera. Yo no podía estar cerca de ella, no importaba lo que yo quisiera, ni lo que deseara...tenerla había despertado en mí demasiadas cosas que debían permanecer muertas. Yo no era más que un monstruo sin derecho a amar y mucho menos a ella...Pero el destino se empeñaba en jugar en mi contra una y otra vez o quizás lo hacía a mi favor...Hasta que llegó un momento en que me di cuenta de que no servía de nada la huída si realmente no existía un lugar donde pudiera esconderme.
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Cuando pienso en Beth y en lo que realmente me enamoró de ella, nunca soy capaz de encontrar una respuesta concreta. Ella es la belleza, la frescura, la calma y también la aventura, es la seguridad y el peligro, es la ternura y también la pasión, la fragilidad y la fortaleza...pero también hay algo más que me encanta en ella, esa mezcla de lógica e intuición que termina llevándome siempre a su terreno, convenciéndome hasta de lo impensable. Para ella nada ocurre porque sí, todo tiene una razón y por supuesto, después de mi supuesta evasión, el hecho de encontrarnos dos veces en un mismo día también debía de tenerlo y era precisamente ese porqué que ella buscaba el que más me asustaba encontrar. Ella y yo parecíamos estar conectados y de una manera u otra, los pasos de uno parecían acabar encaminándose hacia el otro aún sin saberlo, queriendo e incluso sin quererlo...
Sin embargo esta vez ella tenía razón (Beth siempre la tiene) y una vez más terminó llevándome a su terreno. Su caso y el mío parecían estar conectados en cierta manera así que cuando ella me propuso aquello de -"Ayúdame a encontrar al asesino y encontrarás a la chica" - acepté...La cuestión era a cuál de las dos chicas encontraría, a la chica desaparecida o a Beth...Tal vez lo correcto sería decir a ambas.
Sin embargo esta vez ella tenía razón (Beth siempre la tiene) y una vez más terminó llevándome a su terreno. Su caso y el mío parecían estar conectados en cierta manera así que cuando ella me propuso aquello de -"Ayúdame a encontrar al asesino y encontrarás a la chica" - acepté...La cuestión era a cuál de las dos chicas encontraría, a la chica desaparecida o a Beth...Tal vez lo correcto sería decir a ambas.
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1 comentarios:
Acabo de leer tu relato y lo he disfrutado mucho,siempre te lo digo,pero es la verdad,cómo consigues meterte en la mente de ésta pareja para saber lo que piensan y sienten en cada momento?me parece increible,realmente tienes un don para expresar con palabras sus sentimientos y pensamientos....parece que seas tú la creadora de los personajes.Me lo he pasado muy bien,hay momentos verdaderamente graciosos,en los que estaba leyendo y sonriendo,espero con impaciencia la continuación del relato,su encuentro en la morgue promete.
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