E.P de ML "Fiebre"

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NOTA DE LA AUTORA: Fever es uno de los episodios más intensos que suponen un antes y un después en la relación de Mick y Beth, es por eso que merece un homenaje especial, de ahí que esta escena sea también especial y más larga de lo habitual. En ella nos adentraremos en la mente de ambos y reviviremos cada momento visto desde una perspectiva más profunda, la que da el alma.

Esta escena está dedicada como siempre a todas las moonlightadictas que conforman este pequeño círculo de lectura y para las que me siento feliz de escribir, pero me van a permitir que haga una dedicatoria especial a Soby, porque sé que este capítulo es su favorito y a Marga a quien además tengo que agradecerle su especial y generosa colaboración para la realización del vídeo con el que finaliza esta escena, de todo corazón, una vez más gracias por tu disposición y cariño mi querida Marga. Un beso a todas y que lo disfruten.

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La fiebre y el dolor confundían mi mente, la luz del sol se había inoculado en mí como un ardiente veneno que iba extendiéndose irremediablemente por mi piel hasta penetrar en mis venas y ni siquiera el frío y húmedo contacto del hielo era capaz de aliviar su efecto…

Mis sienes palpitaban, mi vista se nublaba por momentos y mi cuerpo convulsionaba impotente por la imperiosa necesidad de sangre, devorando cada bocanada de aire como haría un pez que se queda fuera del agua y es incapaz de respirar, mientras, podía sentir cómo la fuerza y la vida se extinguían en mí con cada segundo que transcurría…Ya no me quedaba tiempo y en esos momentos de dolorosa agonía, mientras esperaba que la muerte llegara, sólo podía pensar en una cosa… en ella… En Beth...

Cerré los ojos y entonces llegó a mí aquel olor dulce y suave tan conocido, y por un instante todo dolor desapareció…Abrí los ojos y la vi, ella estaba allí, acudiendo a mi llamada como si saliera de un sueño o más bien de mi propio deseo…

Beth estaba arrodillada frente a mí. En ese instante no pensé si aquello era real o sólo una alucinación fruto de la fiebre, simplemente me quedé inmóvil, mirándola, sin atreverme a mover un dedo por miedo a que ella desapareciera.

Beth me miraba serena, sin miedo, leyéndome una vez más con su mirada pura y clara, mostrándome como respuesta su entrega más sincera escrita en el cristal de sus ojos.
Ella estaba dispuesta a aliviar mi dolor y mi sed sin preguntas, sin miedos, sin reservas...No decía nada, solo miraba de frente al vampiro, comprendiéndole, aceptándole...amándole... y esa mirada suya provocaba en mí una inexplicable mezcla de paz y deseo que me atrapaba en ella, dejándome suspendido en la intensidad azul de sus ojos mientras me debatía entre el cielo y el infierno, entre el ángel que ella había creado y el demonio que pedía vivir dentro de mí y que la deseaba, entre lo que mi mente intentaba imponerme y lo que mi cuerpo y mi instinto me exigían en ese momento.

Pero ella tenía claro lo que yo necesitaba y estaba a dispuesta a demostrármelo…giró lentamente la cabeza sin dejar de mirarme, mientras el vampiro seguía su movimiento con los ojos plateados, hipnotizados ahora por ella, ciego por la necesidad, enloquecido por la sed y el deseo, pero controlado aún por la calidez de su mirada y se mantenía quieto, expectante, esperando su señal…Ella dejó su garganta expuesta para mí y luego apartó sus ojos de los míos. El hechizo de su mirada se rompió en ese instante... esa era la señal, ella estaba dispuesta y un segundo después yo me lanzaba a su cuello, ávido de probar el dulce elixir que fluía, palpitante, por sus venas...ávido de apagar la sed que me estaba torturando...ávido de sentirla… de tenerla…

Y mientras la tenía entre mis brazos, mientras mis colmillos penetraban en su piel y sus venas se abrían en mi boca y su sangre y su perfume inundaban por completo mis sentidos, mientras empezaba a sentirla mía, me dí cuenta de que el deseo, lejos de aplacarse, aumentaba peligrosamente con cada impulso de su vida que entraba en mí. Entonces una pregunta comenzó a sonar en mi mente “¿Qué sientes cuando aquello que siempre has querido proteger se convierte ahora en lo que más deseas...?Qué se siente cuando te das cuenta de que amas y deseas lo prohibido y que ahora que lo tienes lo desearás más y más hasta un punto en que ya no habrá control que te limite...?

Un segundo después, la imagen de Beth se esfumó de mi mente, abrí los ojos a la realidad y me encontré en aquella bañera inmunda de motel abandonado. Estaba sólo, sin ella, enfrentándome a la muerte, refugiado en el falso frescor que me ofrecían los hielos que cubrían mi cuerpo mientras seguía ardiendo por la fiebre, deseando desaparecer...

En ese momento, cuando la debilidad del vampiro por la fiebre me hacía tener visiones mostrándome mis deseos más ocultos, aquellos que me daba pavor incluso confesarme a mí mismo, sólo había una cosa que deseaba y temía al mismo tiempo…verla a ella…verla solo una vez más.

“FIEBRE”

"¿Qué haces cuando lo único que puede salvar tu vida es lo único que hará que tu vida sea insoportable...?"21 horas antes….

Hacía una semana que no había tenido noticias de ella, desde que tuvo que arrancarme una estaca del pecho y me vio incinerar a un semejante sin el más mínimo rastro de piedad… desde que me armé de valor y le conté la “preciosa historia” de cómo mi mujer me convirtió en vampiro en nuestra noche de bodas…Demasiadas cosas para asimilar en un solo día…demasiados horrores que entender…

Volver a confiar en alguien, contarle lo que siento y lo que soy, no era fácil para mí, no después de lo de Coraline, pero a ella se lo debía y cuando vi su cara de preocupación contemplando la herida que la estaca había dejado en mi pecho, aún a pesar del horror de todo aquello, lo supe…Supe que sería en ella y sólo en ella...

Beth quería saber cómo empezó mi infierno y yo me sentí en la obligación de contárselo, sobre todo después de todo lo que ella había visto de mí...la estaca, los colmillos, la sangre, el fuego...Demasiados horrores relacionados con el monstruo... quizás tenía la esperanza de que llegara a entenderme, de que supiera que yo no siempre fui lo que ahora soy...que hubo un tiempo en que también fui mortal, en el que tuve una vida, unas ilusiones y en el que también fui capaz de amar, aunque ese amor castrara mi corazón y mi alma…Ella me escuchó y hubo un momento en que su mirada, aunque sorprendida, también me habló de agradecimiento y compresión...Yo había comenzado a abrir mi puerta, aunque aún estaba vacilante, pero apenas la abrí ella pareció echarse hacia atrás y ahora ese silencio suyo me estaba matando.

Después de tantos días sin saber de ella, ya no estaba seguro de si Beth querría volver a verme y sin embargo yo necesitaba volver a verla cada día más y me daba cuenta de que cuanto más le mostraba sobre mi mundo, cuánto más le dejaba asomarse a mi vida, más miedo tenía de perderla. Miedo de que se asustara y desapareciera para no volver…y esa idea se hacía más fuerte con cada día que pasaba sin tener noticias suyas, hasta que por fin sonó el teléfono. El estómago me dio un vuelco cuando oí su voz al otro lado pidiendo verme en mi casa…Aquello me sorprendió gratamente, no obstante tengo que admitir que la forma que escogió para hacerlo me desconcertó aún más que su silencio…

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BETH: Cuando él se abrió a mí y me contó su historia, hizo que me sintiera algo especial para él, no sólo por lo que me contó si no por la forma en que lo hizo...Su corazón había estado cerrado durante todo este tiempo y ahora parecía abrirse tímidamente para mí, dándome esa confianza que jamás pensó volverle a dar a nadie, y en ese momento me di cuenta de que aquello que estaba surgiendo entre nosotros, fuera lo que fuera, se estaba convirtiendo en una especie de necesidad para mí. Cuanto más lograba acercarme a él, más cerca quería estar… Me daba vértigo pensar en lo que estaba empezando a sentir por él y con él. Pero también me di cuenta de que apenas sabía qué era lo que él sentía o lo que quería...Quise tomarme un tiempo para recapacitar antes de seguir adentrándome más en su mundo, antes de dejarle entrar más en el mío...quise volver a mi rutina, enfrascarme en el trabajo para no pensar, pero todo fue inútil, él me fascinaba incluso más que mi trabajo y hasta en ese campo no podía evitar pensar en él. Ya era demasiado tarde para volver a lo que tenía antes, ya nada era igual después de haberle conocido a él. Yo quería seguir asomándome a su vida y me encantaba que él estuviera en la mía, el cómo era lo de menos, la cuestión era que estuviera, simplemente eso.

No niego que ese mundo desconocido al que él pertenecía me asustaba, que tal vez hubiera sido más fácil volver a conformarme con la cómoda seguridad que me ofrecía Josh, pero eso ya no me servía, ya no era suficiente para mí, no después de encontrarle a él...A su lado la vida era como una aventura constante e impredecible en la que podía dejarme fascinar sin ningún temor por la emoción del peligro con la seguridad de tenerle a él a mi lado... Él me hacía sentir más viva de lo que nunca antes me había sentido y esa sensación se había convertido en una adicción para mí, era inútil negármelo...

Tenía que volver a verlo, tenía que encontrar la forma de estar cerca de él sin invadir su espacio…y sin embargo empecé a pensar que quizás ya lo había hecho...Los sentimientos y el pasado parecían darle miedo y yo le había obligado, sin darme cuenta, a salir de su concha, y lo había hecho sin pararme a pensar si eso era lo que él quería. Por eso pensé que había llegado el momento de reflexionar antes de continuar y lo hice...y al hacerlo llegué a la conclusión de que aunque ya no podía alejarme de él, sí podía tratar de respetar ese espacio privado relacionado con los sentimientos que él parecía querer mantener cerrado. Decidí seguir su ritmo y dejar que fuera él quién decidiera esta vez y fue precisamente en el trabajo donde encontré la clave para conseguirlo.

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Francamente, hubiera sacrificado cualquier mañana de descanso por estar con ella, aunque tuviera que rehuirle al sol, pero no me gustó encontrármela junto a Josh, no me gustó ponerle cara al hombre que parecía ocupar su vida y menos aún encontrármelo en mi casa y ella se dio cuenta con solo mirarme, aunque estoy seguro de que eso formaba parte de su táctica, bastaba con ver su mirada para saber que tramaba algo y cuando yo la miraba cuestionándola, ella me esquivaba y jugueteaba con su cabello, intentando disimular…Puede que ella quisiera que yo pensara que aquello era idea de Josh, pero ella no podía engañarme...a mí no…La cuestión era ¿por qué? Por el trabajo, por Josh o por mí…

Beth parecía haber cambiado su aptitud tras mi confesión, se había vuelto más cautelosa, más comedida…como si quisiera tantear la situación y redirigirla…Me estaba ofreciendo algo alejado de cualquier relación complicada…algo tan sencillo como trabajo…pero no un trabajo cualquiera si no uno con tres vértices y un triángulo siempre es un triángulo independientemente del campo en que se plantee. Tres vértices son demasiados para alguien como yo pero ahí precisamente estaba el truco...

Hacía tiempo que la consideraba como algo mío y, aún cuando yo mismo intentaba disolver ese pensamiento, últimamente esa sensación se había hecho más intensa. Creo que inconscientemente ya la había elegido como compañera desde el momento en que me confíe a ella, pero su silencio de estos días y luego la presencia de Josh me desconcertaba…Ya sé que es de locos pero, después de todos estos años, yo quería ser todo para ella, el padre, el protector, el héroe, el cómplice, el amigo...el hombre… y no me gustaba que ningún otro ocupara ese lugar ni en un sentido ni en otro, tanto así que cuando la vi en mi terreno con él, no pude evitar mostrar al macho alfa que se pone a la defensiva ante la presencia de un rival …y Josh era eso para mí, un rival, aunque yo mismo me sintiera incómodo admitiendo esa idea.

Afortunadamente Josh no se percató de nada de eso, estaba demasiado preocupado por saber si aceptaría el caso que venía a ofrecerme… yo tendría que encontrar a una chica desaparecida que era testigo crucial para el fiscal en un caso de asesinato contra un poderoso traficante de armas ubicado en la ciudad, y, como parecía que había filtraciones en la policía, necesitaban a alguien fuera del sistema…ahí aparecía Beth, ella sería la vía de comunicación entre él y yo…Un auténtico triángulo…toda una metáfora diría yo…¿Y qué se supone que debía contestar? No había sido fácil abrirme a ella y ahora que ella me buscaba, no acababa de estar seguro de si me buscaba a mí o sólo buscaba las habilidades del vampiro para impresionarlo a él…

Volví a mirarla una vez más buscando la respuesta...

...Y terminé aceptando el caso. Lo hice porque eso era lo que ella quería, lo que ella esperaba de mí y yo confié en ella…pero, ¿qué era lo que realmente esperaba yo de ella?

Fuera lo que fuera, jamás pensé que responder a esa pregunta pudiera resultar tan peligroso para ambos.

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BETH:Comenzamos la investigación y me di cuenta de que cuando Josh se despidió de nosotros y me dio un beso en la mejilla delante de Mick, al instante le miré a éste por instinto y me sorprendí a mí misma al hacerlo. Era como si de alguna manera me preocupara su reacción o tal vez era yo la que no se sentía cómoda…creo que ya entonces empezaba a tener esa extraña sensación de pertenencia y dependencia con Mick hasta el punto de que, sin darme cuenta, comenzaba a ver a Josh como una especie de intruso...nunca imaginé lo intensa que podría ser esa sensación tan solo unas horas después…

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Finalmente Beth y yo dimos con la pista para encontrar a la chica, (sonaba extraño pensar en "Beth y yo" como un conjunto y sin embargo así era). Pero nuestro trayecto en equipo terminaba ahí por el momento, la joven estaba armada y asustada. No era una buena combinación, así que decidí seguir solo hasta dar con ella y traerla de vuelta sin poner en peligro a Beth.

Sin embargo nada resultó tan fácil como yo pensaba… Di con la chica, sí, pero las cosas se complicaron demasiado. Nos atacaron, hubo una explosión que nos hizo perder el coche en el que regresábamos y de la que logramos escapar casi de milagro para después terminar perdidos en mitad del desierto, caminando bajo un sol abrasador que resultó ser otro fuego aún más peligroso…

Probablemente un vampiro como mi amigo Josef lo hubiera tenido claro, pero para alguien como yo, atravesar un desierto bajo la luz del sol y sentirte morir segundo a segundo cuando el único alivio que tienes a tu alcance para la sed y el dolor es precisamente la sangre de la persona a la que has brindado tu protección, puede convertirse en un auténtico infierno…

Tal vez Josef no lo comprendiera, pero después de lo que ocurrió con Coraline, la traición era algo que no cabía en mi conciencia. Sin embargo, como él mismo diría, tratándose de supervivencia, un vampiro no puede tener conciencia, si la tuviera, moriría…

El instinto de un vampiro es muy simple, si te estás muriendo necesitas sangre…Así de simple y así de complicado.

Tal vez yo podía controlar al vampiro, pero cuando llegara el momento de elegir, el instinto vencería a la conciencia irremediablemente, no importaba que le hubiera prometido a Lennie protegerla, al final tendría que alimentarme de ella o moriría…

…Pero la providencia me evitó esa elección…tal vez porque el destino ya tenía pensada otra aún peor…

Así fue como acabé medio moribundo en la bañera mugrienta de un motel abandonado, un singular refugio en medio de aquel infierno…

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Abrí el grifo casi sin fuerzas, aquel camino bajo el sol había dejado mi cuerpo completamente extenuado y ardiendo en fiebre, hasta el punto de que apenas podía desnudarme. A duras penas logré desgarrarme la camisa con la fuerza de la desesperación antes de desplomarme y caer de rodillas junto a la bañera.

Necesitaba tiempo, necesitaba ayuda…no podía dejar sola a la chica, si lo hacía los mercenarios de Fayed la matarían y sin embargo, ahora era yo el principal peligro para ella…

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Llené la bañera y le pedí a Lenni que fuera a por hielo.

Cuando el agua fría entró en contacto con mi piel sentí un dolor intenso, como si me clavaran mil alfileres, luego poco a poco mi cuerpo se fue entumeciendo y el dolor fue remitiendo, pero nunca hasta desaparecer…
Aquel agua junto con los hielos que Lennie pudo encontrar para mí, se convirtieron en el único alivio que me quedaba para mitigar el dolor de mi cuerpo y regatearle un poco de tiempo a la muerte, pero sólo era un alivio externo…yo sabía que sin la sangre fresca y viva que me regenerara por dentro, aquella lucha estaría perdida

El vampiro que había en mí quería vivir y buscaba con la mirada la fuente de vida que palpitaba en el cuello de Lennie. La necesidad imperiosa me hacía más difícil el autocontrol…Precisamente por eso yo no estaba dispuesto a arriesgarla a ella, la chica estaba embarazada y le había prometido protegerles a ambos hasta que pudiera testificar. Fayed había matado al padre de su hijo y ella quería proteger a su bebé, estaba asustada pero finalmente accedió a testificar porque se lo debía a ambos. Fue precisamente esa fuerza nacida de la fragilidad lo que me empujaba a protegerla, ella merecía mi lealtad. Por eso le ordené que saliera del cuarto, que me dejara sólo y que no entrara allí, pero antes le pedí una cosa más…Que la llamara a ella, a Beth, solo ella podía sacarla de allí a salvo si yo no podía y dadas las circunstancias, con la policía implicada, no podía confiar en nadie más, además había otra razón para llamarla… Yo también la necesitaba…necesitaba verla aunque sólo fuera una vez más antes de morir.

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“A veces nunca llegas a saber lo que realmente quieres hasta que llega el momento en que crees haberlo perdido…”

-“Muerto!! Está muerto!!!”- Esas palabras se repetían en mi mente una y otra vez desde el instante en que Josh me contó lo que había ocurrido. Y a pesar de oírlas resonar en mi cabeza era incapaz de creer ni asimilar su significado .

El coche en el que huían Mick y Lennie había sido atacado, había habido una explosión y…. -¡¡Dios mío!!- pensé,- el fuego sí podía matarle…él realmente podría estar muerto!!!-

Los ojos se me llenaron de lágrimas y sentí un vacío tan enorme por dentro que creí que yo también iba a desaparecer en ese mismo instante…Me di la vuelta por instinto, no quería que Josh me viera, no quería que supiera lo que Mick significaba realmente para mí, no quería que supiera que no soportaba la idea de haberle perdido…y sin embargo algo en mi interior se negaba a creerlo, él no podía estar muerto, no, no podía dejarme…

Después de la negación vino la ira…Me tragué las lágrimas y me volví furiosa contra Josh recriminándole por el traidor que había entre su gente, tratando de contener mi furia, mi frustración y mi dolor. Un dolor tan intenso que solo la rabia me permitía disfrazar frente a él.

Necesitaba estar sola, necesitaba pensar en él…Llegué a mi casa y me dejé caer abatida en el sofá… quería llorar en un intento por liberar aquella infinita tristeza que me estaba devorando, pero las lágrimas no servían, el vacío seguía estando allí…Me sentía culpable por haberle convencido a aceptar el caso y deseé morir, desaparecer para que aquel dolor también desapareciera…Yo le quería, sí, le quería, lo supe en ese instante y también supe que hubiera dado mi vida por él, pero él no estaba…ya no estaría más y la soledad y el desamparo se adueñaron entonces de mi alma como aquella noche de hace tantos años...

…Entonces sonó el teléfono...y escuché la voz de Lennie… Él estaba vivo y me necesitaba y yo ya no quise pensar en nada más, sólo pregunté el lugar, cogí mi bolso, las llaves del coche y salí en su busca. Iría hasta el mismo infierno para encontrarle, haría lo que tuviera que hacer para salvarle…Cualquier cosa…en ese momento no me importaba nada ni nadie, sólo él.

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Cuando la necesidad se hace incontrolable, cuando la muerte comienza a rondarte y la sientes como inevitable, el instinto de supervivencia te hace ver espejismos que engañan tu mente y alivian tu tortura o la hacen aún más insoportable…El subconsciente se hace presente en tu conciencia y tus ojos creen ver lo que tu cuerpo y tu mente desean…Yo veía sangre por todas partes, las pesadillas me hacían confundir lo real con lo irreal y después... la vi a ella…Vi a Beth…
Ella acudía a mi mente haciéndose visible ante mis ojos como un ángel compasivo que venía a liberarme de mi tortura…Me miraba de frente dispuesta a aliviar mi dolor y mi sed… en sus ojos no había miedo, no había dudas…sólo había amor, el más puro que jamás he conocido y también había esa paz que sólo ella podía transmitirme hasta hacer desaparecer el dolor en mí…

…Ella no hablaba, no era necesario, su mirada clara, serena y cristalina me dejaba leer a través de sus ojos lo que quería, una entrega perfecta… ¿Era un sueño, un deseo o una visión de lo que podría pasar?...No lo sabía exactamente, apenas podía pensar, sólo podía mirarla…Luego ella ladeó ligeramente su cabeza exponiendo su palpitante arteria para mí y yo sólo podía seguir mirándola y deseándola más y más hasta que finalmente cedí a lo que ella parecía pedirme, a lo que yo deseaba más que nada…Tomarla, sentirla, tenerla…amarla…

Pero cuando me vi a mi mismo lanzándome sobre su blanco cuello, cuando mis colmillos se hundieron implacables en su piel y sentí su sangre brotar exquisita inundando mis papilas y resbalando dulce y suave por mi garganta, cuando sentí su vida entrar en mí y comencé a sentir la entrega de su cuerpo y su alma en mi boca, cuando el frenesí y la locura estaban a punto de arrastrarme al abismo del placer más absoluto, me di cuenta de que sus latidos empezaban a difuminarse en mí como aquellas ondas del río que se van ensanchando hasta desaparecer, igual que aquella primera vez que me alimenté como vampiro...Entonces mi conciencia regresó y yo desperté aterrado…

…Aquello no era un sueño… era una visión de lo que podría ocurrir si ella acudía a mi llamada…¡¡¡Dios mío!! Ella no debía venir…no debí decirle a Lennie que la llamara y sin embargo no tenía otra opción… Me refugié en el hielo para alejar esa imagen de mi mente, para alejar lo que tanto temía y lo que tanto deseaba…Y le rogué a Dios que acabara conmigo antes de que ella viniera, antes de hacerles daño a ella o a Lennie…

Cerré los ojos y rogué porque la muerte llegara, la cabeza me daba vueltas, imágenes reales e irreales se mezclaban ante mis ojos por el capricho de la fiebre, seguí luchando contra mi instinto hasta que todo se volvió oscuro y perdí la consciencia… El final estaba cerca, solo tenía que esperar…

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Cuando llegué al motel, Lennie me estaba esperando, ella estaba preocupada por Mick. Atravesar el desierto le había hecho demasiado daño… él se estaba muriendo…

Entré en el cuarto de baño, Mick estaba inconsciente, sumergido en el agua…Temí haber llegado demasiado tarde y corrí hacia él, no había un segundo que perder…

Arrojé el bolso a un lado y me abalancé hacia la bañera para sacarlo del agua. Él no reaccionaba y el pánico de perderle me sobrecogió. Le grité desesperada una y otra vez sosteniéndole entre mis mano, sin pensar en nada más que en lo que sentía, en lo que quería...que se quedara conmigo..

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Oigo tu voz antes de dormir, me acuesto junto a ti y aunque no estés aquí en esta oscuridad, la claridad eres tú………..::**&**::…………

Oí su voz, primero lejana, luego más y más cerca hasta llegar a ser un grito que me suplicaba desesperado -“Quédate conmigo, Mick, quédate conmigo…”- Sólo había una cosa en el mundo que deseaba más que eso y era que me lo pidiera ella misma…

Fue su súplica, la que me hizo volver de la muerte, la que me hizo abrir los ojos solo para mirarla una vez más, fuera o no real, eso ya no me importaba…Sólo quería ver en sus ojos aquello que siempre había soñado ver antes de desaparecer…y lo vi

Ella me quería a su lado y no le importaba lo que era, sólo por eso valía la pena el infierno que había vivido, sólo por eso ya valía la pena morir…


BETH: Di gracias a Dios cuando le vi abrir los ojos, él estaba vivo. Había llegado a tiempo…le amé por volver y le amé aún más cuando le vi asustado creyendo haber atacado a Lennie, jurándome que prefería morir antes que hacerlo…y ahora sé que lo hubiera hecho, hubiera muerto antes de hacerle daño, antes de hacernos daño a cualquiera de las dos. ¿Dónde estaba el monstruo que él tanto odiaba y maldecía? Yo jamás lo vi. Él se estaba muriendo y todavía era capaz de pensar en los demás antes que en él mismo y en ese momento le amé por eso…aún le amo y hoy sé que le amaré siempre…

Me pidió que me llevara a Lennie, que la protegiera en su lugar, pero yo no me iba a marchar a ninguna parte sin él.

Toqué su frente, estaba hirviendo en fiebre, su aspecto era de una debilidad extrema, no se había convertido en vampiro aún pero sus labios estaban cuarteados por la sed, su piel estaba pálida, casi cetrina…sus ojos se veían hundidos con una tonalidad extraña, amarillenta, como ese sol asesino, cuya luz parecía haberse quedado en ellos como si fuera una especie de marca mortal… Se estaba muriendo y yo no estaba dispuesta a dejarle ir…él necesitaba sangre y yo se la daría aunque tuviera que hacerlo contra su voluntad...

MICK: Ella me miró un instante en silencio apretando sus labios mientras sus manos me acariciaban el rostro, en ese momento ya no existían ni el dolor ni la agonía, sólo la suavidad de su tacto convertido ahora en un fresco alivio para el ardor de mi piel enfebrecida. Un instante después rompió el contacto, se levantó con decisión y se quitó la gabardina, se echó el cabello hacia atrás dejando a la vista su hermoso cuello…y... apenas me di cuenta de su intención grité con todas mis fuerzas ¡¡NO!!

…La visión que había tenido se haría realidad si ella se quedaba allí y yo no podía permitirlo.Ella era sagrada para mí, yo sencillamente no podía ni debía tomar su sangre… la suya no y menos así, cuando apenas tenía fuerzas para dominar al vampiro… Probar su sangre significaría una nueva tortura para mí y yo no estaba seguro de poder soportarla sin caer en la tentación o algo peor, en el abismo. Ella despertaba demasiadas cosas en mí…cosas que no entendía, que no dominaba y eso unido a la necesidad extrema, a la privación de todos estos años, podría resultar una combinación demasiado peligrosa...Me bastaba con recordar la primera vez que me alimenté de sangre viva para salvar mi vida…En aquella ocasión maté a la chica...La sola idea de imaginarlo en Beth me daba pavor y aunque, después de todo lograra controlarme, aunque mi instinto de protección por ella me impidiera llegar a matarla, me aterraba el simple hecho de que ella pudiera ver al monstruo que vivía en mí, que viera la sed de sangre en mis ojos y sintiera el dolor de mi urgencia penetrando en sus venas.

Pero ella confiaba más en mí de lo que confiaba yo mismo…Ella quería hacerlo a pesar de su propio miedo. Estaba absolutamente decidida a salvarme la vida poniendo la suya en mis manos y mirando sus ojos me di cuenta de que no habría nada que yo pudiera hacer para convencerle de lo contrario…

BETH: Yo sabía que él nunca me haría daño, nunca rompería la promesa de protegerme y por eso se dejaría morir antes que alimentarse de mí, pero esta vez yo tenía que hacerle entender que perderle a él era un daño aún mayor que no estaba dispuesta a soportar. No me importaban ni su miedo ni el mío. Quería hacerlo, tenía que hacerlo y prácticamente le obligué...En sus ojos vi la derrota, la vergüenza y el dolor, pero no había otra salida, yo lo sabía y él también lo sabía...

MICK: Me avergonzaba mostrarme ante ella tal y como era y mirarle a los ojos después... me daba miedo herirla y me daba miedo amarla porque al final ambas cosas acabarían siendo la misma…lo serían si bebía su sangre…Si lo hacía, si la sentía en mí, la amaría de una forma irremediable, la desearía desesperadamente el resto de mi vida…Si bebía su sangre tendría que alejarme de ella para poder protegerla de mí… su sangre salvaría mi vida pero el deseo por ella y la vergüenza por desearla la harían insoportable.

Al final ella tomó la decisión por mí y yo obedecí, pero no elegí su cuello, ya era suficiente con tener que hacer algo así como para además asaltar sus venas como haría un león a una gacela y arriesgarme a desangrarla, antes hubiera preferido morir. Por eso elegí su brazo. Lo tomé entre mis manos temblorosas y por unos instantes lo tuve ante mis ojos como si todavía pudiera volverme atrás...Ella estaba temblando y yo también temblaba...para ambos era la primera vez..sí, también para mí lo era. A pesar de tener 55 años como vampiro, aquella iba a ser la primera vez que bebía la sangre de alguien a quien amaba y estaba a punto de descubrirlo...

Beth no podía evitar el temor a lo desconocido e intentaba sobreponerse, pero ella confiaba en mí, confiaba en que no la mataría y no la convertiría y sus palabras se quedaron grabadas en mí antes de que la bestia saliera por fin a la luz…Ella respiró hondo y cerró los ojos, como si al hacerlo cumpliera mis deseos de no mirar al vampiro…y no le vio.

BETH: De repente le sentí cambiar, sus manos, que hasta ahora sujetaban suaves y con mi miedo mi muñeca, se aferraron a ella con firmeza, su voz se volvió ronca para avisarme - "en algún momento tendrás que detenerme"- Luego sus colmillos se hundieron implacables en mi piel, sentí una punzada dolorosa e intensa recorrer todas mis terminaciones nerviosas mientras el borde de la bañera se clavaba en mis costillas, por un momento creí desfallecer, pero poco a poco el dolor se fue mitigando igual que su urgencia, dando paso a otras sensaciones muy diferentes aunque no menos intensas.

Sentí sus labios frescos y suaves presionar dulces y apremiantes sobre mi piel y sentí su lengua húmeda y posesiva entrar en mí, acariciando sensual mi carne y succionando mi sangre, y cada tirón que daba de mí era como una embestida íntima que transformaba aquel dolor en un placer igual de intenso, llevándome poco a poco a un extraño clímax casi casi sexual que terminó recorriendo mi cuerpo en oleadas de placer, enajenando mi mente, sumiéndome en un entrega irremisible hasta que era incapaz de pensar, sólo de sentir... Me dejé caer en su hombro cuando las fuerzas me abandonaron por la intensidad de lo que él provocaba en mí, me abracé a su espalda buscando el contacto con su cuerpo para no desvanecerme y me dejé llevar por él y en él. No podía ni quería hacer otra cosa más que entregarme y me olvidé de todo, hasta de mí... y al hacerlo pude sentirle a él, le sentí vivo en mí en una íntima comunión más allá del cuerpo hasta que hubo un momento en que los dos fuimos sólo uno, latiendo en un mismo corazón...Mi vida había dejado de importarme después de sentir aquello, simplemente yo ya no era yo. Era de él...y en ese momento supe que lo sería el resto de mi vida.

MICK:sus venas se abrieron para mí dejándome entrar y probar el más exquisito y cálido néctar que jamás había probado, y su calidez deliciosa inundó mi boca y mis papilas en un estallido inmenso de placer y de vida, resbalando después, dulce como la miel, por mi garganta, cantando por mis venas, extendiéndose por mi cuerpo, dominando mis sentidos, llevándome a un éxtasis diferente a cualquiera que hubiera experimentando o imaginado antes... más profundo, más perfecto, más real…una especie de comunión que me hacía ir más allá de lo que había ido antes. Era mucho más que sentir el espejismo irreal de vida y el placer vacío de la sangre entrando en mis venas que me habían dado otras… Ella me hacía sentir realmente vivo desde que la primera gota de su sangre tocó mi lengua…Podía sentir su cuerpo segundo a segundo vibrar en él mío hasta ser uno solo…sentí su dolor inicial y suavicé el ritmo hasta sentirlo transformado en placer y ella me respondió con un dulce abandono que me arrastraba también a mí a perderme en ella, deleitándome en cada succión, en cada contacto, en cada entrada …pero yo no podía dejarme arrastrar, tenía que pensar en ella antes que en mí…antes que en nada...y sin embargo era tan difícil mantener el control...tan difícil resistirse a aquella dulce rendición...

Su perfume suave e inocente, dulce y sensual entraba en mí con cada sorbo de su sangre, y en cada sorbo yo también entraba en ella… Sentí su sangre empujada por su excitación recorriendo mi cuerpo en oleadas de calor y la fuerza de la excitacion que ella me provocaba se transformaba en una potente descarga eléctrica que despertaba cada célula de mi cuerpo hasta llegar a mi corazón y hacerlo latir…Sí… mi corazón también latía en esos momentos por ella y sólo para ella…

La sentí mía y me sentí suyo… Descubrí que también el vampiro era capaz de amarla mientras la deseaba, mientras la poseía y luchaba contra la urgencia y el deseo para no destruirla, para no traicionarla…

Bebí su sangre y leí en ella lo que ocultaba su alma, lo que sentía por mí… lo que yo sentía por ella y el placer se mezcló con el dolor sobrecogiéndome cuerpo y mente…Yo no la merecía pero ella me quería y el placer se hizo dolor para mí...Ella era mi niña, yo no tenía derecho pero tampoco tenía elección y las lágrimas, rojas como la sangre que bebía, comenzaron a brotar de mis ojos mientras una voz en mi conciencia me repetía una y otra vez –“¿Qué sientes cuando aquello que siempre has querido proteger se convierte ahora en lo que más deseas...?Qué se siente cuando te das cuenta de que amas y deseas lo prohibido y que ahora que lo tienes, ahora que es tuyo, lo desearás más y más hasta un punto en que ya no habrá control que te limite...?-“

Miedo, eso es lo que se siente, un miedo inmenso de amar y dejarme arrastrar por el deseo, destruyendo con ello lo que más quiero, lo único que merece la pena en mi vida…Miedo de convertirme en un verdugo en nombre del amor, tal y como Coraline hizo conmigo...Miedo a la soledad infinita y eterna sin ella...

Sus latidos comenzaron entonces a ser más débiles, ella gimió mi nombre apenas con fuerzas y yo paré, tenía que hacerlo…Desenfundé mis colmillos de su piel y cerré suavemente las heridas con mi lengua, degustando su exquisito sabor por última vez… ella permanecía apoyada en mí, pero estaba pálida, casi a punto de desvanecerse y yo la sujeté con mi brazo antes de que lo hiciera, agarré una toalla y le taponé la herida. Salí de la bañera tomándola en mis brazos y la coloqué con suavidad en el suelo para que el riego sanguíneo llegara de nuevo a su cerebro ella se había desmayado y yo la llamaba asustado, aterrado, mientras acariciaba su rostro con mis manos mojadas para hacerla reaccionar.

- Beth!!!Beth!!! Mírame mi vida...por lo que más quieras, abre los ojos y mírame...

Ella abrió los ojos y pronunció mi nombre…

- Estoy aquí Beth...-y le besé la frente, fue un impulso que no pude controlar después volvió la vergüenza y la culpa- Perdóname...perdóname...

Ella me sonrió y me acarició la mejilla…- Estás bien...?- me preguntó- Sí lo estoy -le dije con lágrimas en los ojos sin apenas atreverme a mirarla- Dios yo no debí... Lo siento Beth yo...- me sentía tan avergonzado por todo lo que había pasado, por todo lo que había sentido, que no me atrevía a enfrentarme con su mirada, pero ella no me dejó acabar, puso su dedo sobre mis labios, acarició mi rostro y me sonrió... El simple contacto de su piel me descolocaba por completo, ahora todavía más... entonces mis ojos se fijaron en sus labios, en su sonrisa y el deseó por ella me sorprendió de nuevo...Por primera vez deseé besarla, deseé probar el dulce sabor de su boca y hacerla mía, igual que lo había hecho al beber su sangre…Oh sí!! lo deseé con todas mis fuerzas y ella también lo deseó, podía sentirlo, podía olerlo…Me acerqué a ella un poco más, hipnotizado por la tersura sugerente de aquellos labios que parecían llamar a los míos, me acerqué más hasta que pude sentir su aliento en mí…En ese punto el deseo se me hacía casi insoportable…¿Cómo podía pensar en algo así en ese momento? Su sangre todavía recorría mis venas, ella yacía mareada y débil por mi culpa y yo seguía deseándola como si nunca tuviera suficiente de ella. Deseaba su cuerpo, su piel, deseaba perderme en su aroma y volver a sentir su dulce rendición en mí…La fiebre había desaparecido y ahora sentía otra fiebre diferente, aunque no menos peligrosa, contra la que tendría que aprender a luchar…Tendría que hacerlo aún a pesar de mí …Tendría que hacerlo por los dos…

Retiré mis ojos de ella y me volví buscando las chocolatinas que Lennie había cogido del mini bar para mí - Tienes…tienes que comer algo y beber líquido para reponer fuerzas – e incorporándola con cuidado le ofrecí tembloroso, un chocolate y un poco de agua. Ella tomó el dulce poniendo suavemente su mano sobre la mía, su contacto era ahora para mí como el fuego, un fuego en el que me moría por arder y del que no me quedaba más remedio que escapar…pero ¿hasta cuando?

Apenas probó dos bocados y bebió un poco de agua, insistió en salir para ver cómo estaba Lennie ...Ella no quería que yo me sintiera mal e hizo un gran esfuerzo por levantarse y simular la sensación de mareo y debilidad. Insistí en salir con ella pero ella bromeó sacando fuerzas de flaqueza y me hizo quedarme para escurrir la ropa antes de montar en su coche.

Justo cuando se cerró la puerta tras ella y la oí llamar a Lennie, escuché otra voz más, una voz de hombre que hablaba en susurros y parecía amenazarla, al instante algo golpeaba la puerta del baño... yo no lo pensé ni un segundo...En ese momento dominó en mí el vampiro de nuevo pero esta vez el motivo era diferente... Después de probar su sangre, después de sentirla en mí, todo lo que tuviera que ver con ella era territorial para mí, ella llevaba mi marca en su cuerpo, ella era mía y no dejaría que nadie, mortal o inmortal, se atreviera a atacarla y siguiera con vida después de hacerlo...Cerré los ojos, aspiré su aroma, no necesitaba ver para saber dónde estaba él y dónde estaba ella, me bastaba con oírla en el silencio, me bastaba con sentirla para saber lo que ocurría al otro lado...Apenas un segundo después, atravesé la puerta con el puño y con un simple y certero movimiento de mi mano, le rompí el cuello al intruso. No habría piedad para él...ni con él ni con nadie que le hiciera daño. Luego me apresuré a salir, tenía que saber que ella estaba bien...que no le había hecho daño...

La herida de su muñeca había vuelto a sangrar por el forcejeo, Lennie apareció en ese momento de su escondite, sorprendida de verme repuesto y se echó a mis brazos sobrepasada por el miedo y la tensión vividos, yo le devolví el abrazo para hacerla sentir segura y para agradecerle lo que había hecho por mí, pero mientras abrazaba a Lennie no podía dejar de mirarla a ella, a Beth...Era a ella a quien me moría por abrazar y ya no podría hacerlo, lo supe cuando la vi mirar el cuerpo inerte del intruso, cuando la vi mirarse con un gesto de dolor la herida de la muñeca, que volvía a manchar de rojo la toalla que la envolvía, lo supe cuando vi su mirada confundida buscando la mía...Ella fue consciente del vínculo que nos unía en ese instante, pero no sabía lo peligroso que ese vínculo podría ser...

Yo siempre la protegería de todo...y ahora tendría que protegerla de mí...

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…Josh no tardó en llegar con sus hombres, él se llevó a Beth personalmente y yo acompañé a Lennie en uno de los coches de la policía.

Cuando por fin llegué a casa, me duché y me cambié, quise refugiarme en el frío de mi congelador, pero no pude descansar. La imagen de Beth no podía borrarse de mi y ahora sabía que no se borraría jamás. Ella estaba grabada en mi mente y en mi piel, en mi cuerpo y en mi alma y lo estaría para siempre...

Dicen que cuando un vampiro prueba la sangre del ser que ama se crea un vínculo entre ambos de por vida y el vampiro queda atrapado en él… Atrapado en el hechizo de su perfume y de esa sangre que lo llama, que lo atrae provocando su sed aún sin quererlo, hasta terminar sucumbiendo a ella…y resulta un verdadero tormento romper con ese influjo, luchar contra uno mismo, escapar al frenesí al que te empuja el deseo y resistir a su llamada…a la necesidad de poseerla…de sentirla…de tenerla.

Su sangre estaba en mí, aún podía sentirla calentando mi cuerpo y mi alma y sin embargo todo mi ser seguía deseándola...Era más que su sangre...deseaba tenerla a ella por entero...besar sus labios, tocar su piel, tomar su cuerpo, sentir aquella dulce rendición, ese delicioso abandono, hacerla vibrar y gemir de placer hasta oírla gritar mi nombre, perderme en el santuario de su cuerpo cálido y perfecto, en su perfume dulce y suave, en su mirada azul y transparente como el agua. Deseaba amarla con todo mi condenado ser hasta desaparecer en ella...

Ella me había mostrado esa forma de amar al alimentarme y ahora yo no podía dejar de pensar en ella...La amaba como nunca antes había amado, como nunca antes pensé poder amar...La amaba y la deseaba de una forma intensa, profunda, irracional, más allá de todo instinto y de toda lógica...Era algo que nacía en mí aún sin quererlo y que ya no me podía negar...Era una necesidad, casi una manía, que me llevaba a ella irremisiblemente, y lo más peligroso era que ella me correspondía...

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Josh estaba preocupado por la herida del brazo y mi aspecto cansado. Tuve que mentirle y decirle que me había herido con una alambrada por mi torpeza...Me sentía tan extraña mintiéndole...Entre Mick y yo no había pasado nada y lo había pasado todo...Bastaba con tocar su marca para que todo mi cuerpo se despertara, gritando por él, doliéndose por él...Nunca antes había imaginado algo así.

Josh besó la herida y yo di un respingo de desagrado. Esa marca me unía a Mick, ahora era suya y el simple contacto de Josh me incomodaba, era como si vulnerara algo sagrado y supe que ya no podría amarle ni dejarme amar por él. Mi cuerpo y mi alma le pertenecían a Mick, le pertenecerían para siempre y esa sensación de pertenencia me hacía necesitarle aún más, hasta el punto de ir a buscarle...

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…Su perfume llegó hasta mí incluso a través de la puerta, sentí sus latidos, sentí su anhelo que era también el mío...Me acerqué a la puerta y la vi por la cámara de seguridad...Ella también me necesitaba, era como si ambos estuviéramos conectados, como si a pesar de la puerta que nos separaba, estuviéramos unidos en un solo ser y pudiéramos sentirnos...

Yo me moría por tenerla en mis brazos y ella también, sentía la necesidad que me gritaba su piel en la mía, el silencio de su llamada tras la puerta era un grito desesperado que rugía en mí, pero aquello no podía ser...El nuestro era un amor demasiado complicado, demasiado peligroso...Era imposible. Yo era un vampiro y ella una mortal...una mortal a la que había visto crecer, a la que había protegido durante años para terminar poniéndola en el más grave de los peligros...Ahora solo me quedaba mantener la puerta cerrada, alejarme de ella, regresar a la sombra, al olvido, para protegerla, aunque para ello tuviera que vivir la eterna agonía de saberla mía y no poder tenerla...

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“¿Qué sientes cuando aquello que siempre has querido proteger se convierte ahora en lo que más deseas...?Qué se siente cuando te das cuenta de que amas y deseas lo prohibido y que ahora que lo tienes lo desearás más y más hasta un punto en que ya no habrá control que te limite?Miedo, eso es lo que se siente...un miedo inmenso a perderla...

Miedo de volver a los infiernos.
Miedo a que me tengas miedo,
a tenerte que olvidar...

Miedo, de quererte sin quererlo,
de encontrarte de repente,
de no verte nunca más

Video realizado con la colaboración especial de mi amiga Marga (bonyclik7) a quien le mando un beso desde aquí. Gracias mi querida amiga por ponerle imágenes a mis sueños una vez más.

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ESTO NO HA TERMINADO AÚN, NOS VEMOS MUY PRONTO CON UNA ESCENA FICTICIA SITUADA ENTRE EL FINAL DE FEVER Y EL COMIENZO DEL CAPÍTULO SIGUIENTE. Besos. Selene

Próxima secuencia

.:*ABSTINENCIA*:.

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