E.P de ML: "Abstinencia"

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NOTA DE LA AUTORA:Esta semana les invito a dejar volar la imaginación con esta propuesta que va desde lo sensual a lo erótico, reviviendo algunos momentos vividos y presentando otros soñados entre nuestros protagonistas.

"ABSTINENCIA" se sitúa después de la experiencia vivida por Mick y por Beth en el desierto y su nombre encuentra explicación solo si pensamos en aquello que nos contó Mick la semana anterior: "Dicen que cuando un vampiro prueba la sangre del ser que ama se crea un vínculo entre ambos de por vida y el vampiro queda atrapado en él… Atrapado en el hechizo de su perfume y de esa sangre que lo llama, que lo atrae provocando su sed aún sin quererlo, hasta terminar sucumbiendo a ella…y resulta un verdadero tormento romper con ese influjo, luchar contra uno mismo, escapar al frenesí al que te empuja el deseo y resistir a su llamada…a la necesidad de poseerla…de sentirla…de tenerla."Vivamos pues la tortura del deseo...

ABSTINENCIA…

*(Para acompañar la lectura les invitamos a hacer click en la barra de sonido y escucharán la banda sonora escogida para esta escena. Cortesía de mi querida anfitriona, Maky) *

Darren Hayes - Insatiable download at emp3

INSACIABLE

Tu dulce aroma baña mi piel.
Tu estas grabada en mí
Y todo lo que quiero hacer es abrazarte
pero está lloviendo dentro de mi corazón
y yo apenas puedo tocarte
Apaga las luces lentamente
Tómame, déjame enseñarte que
mi amor por ti es Insaciable
Enciéndeme, no pares nunca
Quiero probar cada gota de tí
Mi amor por ti es Insaciable

La luz de luna juega sobre tu piel
Un beso largo me lleva dentro
y caigo dormido dentro de ti
No hay palabras, solo verdad
Aspiro, espiro, no hay sonido, solo silencio
Nos movemos juntos arriba y abajo
Nuestros cuerpos renacen
Nuestros pies apenas tocan el piso

Nadie te conoce como yo
Este mundo no entiende,
que crezco fuerte en tus manos
y me siento como un hombre mejor,
solo porque estás en la misma habitación

No puedo cerrar mis ojos cuando estoy contigo,
no puedo dejar de sentir
La forma en que te amo es insaciable


………….…………………::**&**::………………………....

BETH: Desde el momento en que le alimenté en el desierto no pude dejar de pensar en él ni un solo instante, ni siquiera cuando estaba con Josh, hasta el punto de que ya no podía soportar que me tocara. Mi piel le rechazaba como a un intruso, reclamando el derecho de su dueño, y es que, después de lo que habíamos compartido aquella tarde en el desierto, solo podía pertenecer a Mick. Él y sólo él tendría a partir de ese momento la llave de mi deseo, de mi cuerpo y de mi alma.

En el desierto me sentí su protectora, su amante, su compañera…pero sobre todo me sentí suya hasta más allá de lo que cuerpo y mente pudieran imaginar y aquello también me hizo cambiar. El hecho de alimentarle, de darle vida con la mía, de sentirle en mí y de sentirme en él, también me despertó una especie de instinto territorial para con él e inmediatamente después surgió la necesidad de su contacto, la ansiedad por volver a tenerle, el deseo de volver a entregarme, de volver a perderme en él, nació en mí la angustia por su silencio, por su distancia…y también aparecieron los celos…

................::**&**::...................

Le mentí a Josh, le dije que la herida había sido fruto de un accidente con una alambrada debido a una torpeza mía. No podía decirle la verdad y la verdad es que estaba demasiado confusa, le tenía a él pero era como si de repente Josh fuera un extraño para mí porque ahora estaba Mick...Quería estar sola para pensar en todo lo ocurrido aquella tarde, necesitaba aclarar todo lo que pasaba por mi mente, todo lo que mi cuerpo sentía y en ese momento la presencia de Josh, sus palabras de cariño, sus mimos y sus caricias, me sobraban...Es más, yo diría que incluso me fastidiaban...Me sentía fatal por él, de alguna manera mi conciencia sabía que le estaba traicionando, pero ya no podía evitarlo...Prefería traicionarle a él antes que traicionar a Mick...

Le hice ver que estaba muy cansada, que necesitaba dormir, además él tenía que ultimar detalles con respecto a Lennie y yo estaba bien... Así que después de obligarme a cenar algo y hacerme prometer que me dejaría acompañar al hospital para que el médico me examinara las dos pequeñas heridas, Josh accedió a marcharse, lo hizo sólo para complacer mis deseos y dejarme descansar.

Apenas se hubo marchado, volví a pensar en Mick....La verdad es que no había dejado de hacerlo ni un solo momento. Le necesitaba. Era algo superior a mí. Quería volver a verle, algo así como un impulso, un instinto, una necesidad... Necesitaba hablar con él de lo que había ocurrido, de lo que me estaba pasando. Algo había pasado entre nosotros aquella tarde en el desierto, algo que no había manera de explicar, algo que no se podía contar, sólo se podía sentir...y yo necesitaba mirarle a los ojos para comprobar que no era yo la única que lo pensaba.

Me levanté de la cama, me vestí y fui a buscarle…Toqué su puerta, sentí sus pasos lentos y pegué mi cara al frío metal. No sé si era mi deseo o era parte de la conexión que había surgido entre nosotros, pero lo cierto es que, al cerrar mis ojos anhelando que la puerta se abriera, pude sentirle a él al otro lado. Le sentí como si no hubiera nada interponiéndose entre nosotros…Sentí su deseo y también su miedo mientras mi corazón y mi cuerpo le suplicaban “déjame entrar”. No pude ver sus ojos, pero sí pude sentir su alma...

El tiempo se paró y solo quedó el silencio y, entre medias, el grito de la necesidad que ambos sentíamos. Pero a pesar de eso, a pesar de que ambos lo deseábamos, la puerta no se abrió. No habría otra ocasión, no volveríamos a tentar al peligro, él no lo permitiría... y ambos nos alejamos de la puerta hundidos en la resignación a la distancia, pero nuestras almas permanecerían unidas en un mismo corazón por un vínculo que ni siquiera la distancia o la voluntad podrían romper. Estábamos, sin saberlo, en manos del destino.

Regresé a casa abatida con mi mente puesta en él, siempre en él…

MICK:Me metí en el congelador buscando el frío refugio del hielo para desconectar la mente y el cuerpo…No quería pensar, no quería sentir, intenté dejar la mente en blanco esperando caer en el letargo habitual, pero apenas cerré los ojos su imagen apareció ante mí como si estuviera viendo a través de un cristal…

BETH: Comencé a desnudarme para irme a dormir y mientras mis manos deslizaban la tela por mi cuerpo, casi podía imaginar que eran las suyas las que me desnudaban…Él no estaba conmigo pero yo sentía su mirada clavada en mí, acariciando mi cuerpo…¿Lo sentía o lo deseaba? No lo sé, en ese momento lo uno llevaba a lo otro como si se tratara de la misma cosa…

………………::**&**::……………..

MICK: Las piezas de ropa iban resbalando por su piel hasta caer al suelo como los velos de una bailarina y yo me impacientaba por momentos, deseoso de ver el blanco y puro resplandor de su piel, tersa y delicada, cálida y suave…A medida que sus manos iban empujando la tela, ésta fue desvelando poco a poco ante mis ojos las tentadoras curvas de su cuerpo, una por una, dilatando mis pupilas, plateando mi mirada con el reflejo del deseo...Ella era realmente hermosa… hecha para pecar… y viéndola así, casi desnuda ante mí, me di cuenta de que la deseaba desesperada y dolorosamente más allá de toda razón.

Su sangre todavía en mí me hacía pensarla, mi cuerpo la necesitaba, mi mente volaba hasta ella para imaginarla y su imagen se dibujaba en mis sueños endureciéndome al límite hasta hacer el deseo dolorosamente insoportable…pero ese deseo despertaba también la sed del vampiro...Yo lo quería todo de ella y eso era lo más peligroso…

………………::**&**::……………..

BETH: Me metí en la cama pensando en Mick. Tal vez él no estaba allí conmigo, pero cuando mis ojos se cerraban y mi mente caía en el letargo del sueño, yo podía sentirle allí, podía sentirle en mí…

Recordaba sus manos sujetando mi muñeca, firmes y posesivas pero suaves y tiernas y me moría por sentir sus caricias en mi piel, recorriéndome el cuerpo, haciéndome suya, apagando con su fresca suavidad mi calor o encendiéndome con la fuerza de su deseo más y más, hasta llevarme a límites impensables…

MICK: Oh sí... la suavidad de su piel...Cómo deseaba recorrerla, acariciarla, despertar su deseo hasta hacerla gritar por mí...!!!

BETH: Recordaba sus labios, sabios y suaves, presionando mi piel entre la premura y el miedo, entre el deseo y la ternura, mientras descargas de placer recorrían mi cuerpo hasta llegar a mi núcleo con cada succión de su boca y de repente era mi boca la que imaginaba la suya tomándome como por asalto y aquellos labios sensuales acariciando los míos, mientras que su lengua me invadía posesiva haciendo suyo cada rincón de mí en un beso profundo e intenso capaz de dejarme sin aliento.

MICK: Umm... y sus labios se convirtieron entonces en una sedosa tentación y el deseo quemaba los míos, imaginándolos abiertos para mí, esperando por mí... Su boca encerraba la miel que ansiaba beber la mía y se abría para que yo la tomara.

BETH: Recordaba sus colmillos penetrando en mi carne y luego era mi cuerpo el que imaginaba al suyo penetrando en mí…Su fuerza hecha ternura, su urgencia convertida en pasión, su cuerpo cubriendo él mío, su pecho fuerte y perfecto presionando suavemente en mi contra en un dulce y ardiente vaivén, despertando cada centímetro de mí con su contacto, poseyéndome generoso y demandante, construyendo en mí un placer indescriptible hasta llevarme a la locura...

MICK: Oh sí...El húmedo y cálido paraiso de su cuerpo esperaba por mí y yo me moría de ganas por entrar y dormirme en él y hacerla mía de todas las formas imaginables e imaginadas...

MICK: Ella ya estaba grabada en mí, tanto que hasta se colaba en mis sueños…la veía, la sentía y mi piel y mi cuerpo se dolían por ella y gritaban sin ella...

Abrí los ojos y me desperté en mi congelador ardiendo otra vez por ella. No había frío artificial o natural capaz de aletargar mi sed y mi hambre de ella, era como una necesidad insaciable que me estaba consumiendo por dentro y, después de haberla sentido tan mía en el desierto, ni siquiera mi fuerza de voluntad parecía capaz de arrancarla de mí …Yo intentaba huir de ella con toda la voluntad de que mi mente era capaz pero mi cuerpo me gritaba lo contrario y sin embargo tenía que hacerlo para protegerla de todo esto, para protegerla de mí...pero esa huída estaba transformando mi vida en un infierno, en una tortura que apenas me dejaba descansar…

Me levanté, me puse una camisa por encima y me fui al despacho para revisar algún caso que distrajera mi mente…Lo intenté pero fue inútil, no podía dejar de pensar en ella.

La brisa nocturna entraba por los ventanales, la noche estaba ya cerrada, la ciudad parecía un hervidero de luces y colores resaltando en el manto negro de la noche, sentí la necesidad de confundirme entre su oscuridad, de aturdirme en su bullicio, todo para no pensar… Me abotoné la camisa, me enfundé unos jeans, cogí las llaves del coche y salí en busca de un poco de distracción que mitigara mi tormento, que la apartara de mi mente…

Conduje como un autómata, sin rumbo fijo, dejando que el viento me diera en la cara…quería huir de todo pensamiento pero al final, inconscientemente, acabé siendo atraído por aquello de lo que pretendía escapar…Paré el coche y me di cuenta que estaba frente a su casa, su perfume llegó hasta mí envuelto en el viento y un segundo después, antes de que mi parte cerebral pudiera pensar nada, saltaba a su terraza y entraba en su cuarto…

Me quedé junto a la puerta, observándola.

Ella dormía…su respiración lenta y acompasada al ritmo de su sueño, hacía ascender y descender su pecho de una forma increíblemente sensual...Ella era sin duda la tentacion hecha para mí y yo parecía haber perdido la fuerza para vencerla. Su cuerpo semidesnudo había ido escapando poco a poco del calor de las sábanas y ahora éstas apenas cubrían las partes más íntimas. El olor de su excitación me decía el porqué…

Yo la observaba a solo unos pasos de distancia con las pupilas dilatadas y la boca entreabierta mientras el aroma de su piel, de su cabello y de su deseo impregnaba la habitación y llegaba hasta mí más intenso y tentador, introduciéndose en mi cuerpo y en mi mente como una sutil, deliciosa e irresistible llamada…

En ese momento ella inspiró profundamente también, como si presintiera mi presencia y su cuerpo se movió sensual retirando aún más las sábanas mientras gemía mi nombre en sueños… Me estaba llamando y mis pies me llevaban maquinalmente hasta ella sin que yo pudiera o quisiera remediarlo. En ese instante mi piel comenzó a cubrirse de diminutas gotitas de sudor en una lucha interna por la contención…

Ella susurró mi nombre una vez más y al instante el dorso de sus dedos inició un delicado y ardiente camino desde su garganta, pasando por el centro de su pecho hasta llegar a su vientre y su boca se abría por el deseo y se mordía los labios imaginando otras manos acariciándola…También yo mordía mis labios intentando reprimir el deseo de acariciarla y sentía mi piel arder por la excitación que ella me despertaba y que ahora comenzaba a concentrarse dolorosamente entre mis piernas gritando la urgencia de mi deseo en contra de mi conciencia, tanto así que hasta las incipientes gotitas de sudor que habían asomado por mi frente comenzaron a rodar irreprimibles por mi rostro. Mis pupilas, ahora plateadas, seguían clavadas en su piel cremosa y suave, sonrosada por la excitación de sus propios sueños, despertando todos mis sentidos, instándome con su provocador perfume a degustarla centímetro a centímetro, a sumergirme en su exquisita dulzura, a tocar su deliciosa suavidad y recorrer sus infinitos caminos, deleitándome con cada beso y cada caricia en despertarla a la pasión y al placer que me moría por darle…

BETH: Oh Dios le deseaba tanto, le necesitaba de tal manera que hasta mis sueños eran suyos y mi cuerpo, húmedo y anhelante con solo imaginarlo, se abría a él, ajeno a la conciencia, ajeno a mí misma, ardiendo por ser de él, solo de él…

MICK: Hasta ahora ella había sido mi salvación pero ahora se había convertido en mi tentación, en mi mayor pecado…El deseo hacía palpitar mis sienes y mi ingle sin piedad, deseaba tenerla más que nada en el mundo, deseaba perderme en la deliciosa calidez de su cuerpo saboreando hasta la última gota de su esencia, exprimiendo en ella hasta la última gota de placer… Ansiaba hacerla mía de mil y una maneras y después de probar su sangre, de saber lo que ella sentía, el deseo se había hecho más y más fuerte, casi insoportable. Mis manos la buscaban y mis puños se cerraban para contener la tentación de tocarla.

Nunca antes había sentido nada igual. Mi corazón estaba muerto y sin embargo le sentía latir al tenerla cerca, imaginándome en ella, imaginándola en mí… soñándola en mis brazos, abandonándose dulcemente, fundiéndose conmigo…Ella me hacía sentir vivo pero si me dejaba llevar por esa sensación, esa vida que ella me hacía sentir podría convertirse en su muerte y eso era lo único que me frenaba, lo único que mantenía mis manos paralizadas, incapaces de tocarla a pesar de tenerla a unos centímetros de mí…Ella debía seguir siendo sagrada para mí. Este deseo la convertía en algo prohibido, ahora más que nunca.

Me di la vuelta hacia la terraza, luchando contra lo que sentía, apartando su visión tentadora de mis ojos. Tal vez fuera mía pero no debía serlo, ella sólo era una víctima del vampiro. Aquello nunca debió pasar, yo no tenía derecho…Eso era lo que me repetía una y otra vez intentando alejar el deseo y la necesidad de ella de mi mente, dándole la espalda para no mirar, para no caer. La imaginaba de niña, sonriéndome inocente y me sentía sucio y culpable por amarla y desearla…pero al instante los ojos puros de la niña se transformaban en la mirada ardiente de la mujer y volvía a comenzar mi infierno…Tenía que irme de allí, tenía que arrancarla de mí y sólo había una manera

………………::**&**::……………..

Volví al coche y cogí el celular. Era jueves de partida en casa de Josef. Marqué su número y una mujer con voz sensual contestó al otro lado… No me gustaba participar mucho de esas reuniones porque sabía cómo solían acabar después, pero esa noche necesitaba dejar de pensar, distraer mi mente y mi cuerpo con otra cosa…Algo que me liberara por unos instantes de mi necesidad de ella…que me hiciera saber que podía escapar de esta cárcel de pasión que yo mismo había construido, que me hiciera volver a ser yo...Tal vez aquella no era la mejor manera, pero no se me ocurrió ninguna otra.

Cuando llegué, la casa de Josef era una fiesta, las chicas semidesnudas paseaban sin pudor por la piscina mirando coquetas a un lado y a otro mientras ávidos ojos se fijaban en ellas tratando de decidir cuál sería el trofeo escogido. Apenas Josef me vio, soltó a la joven y exuberante rubia de larga melena que había elegido para saciar su sed y se acercó a mí, sorprendido por mi visita, pero sonriente. Supongo que para él era un pequeño triunfo verme allá.

-Vaya!!No puedo creerlo!! No me digas que por fin has roto ese absurdo e insano voto de celibato y te has decidido a aceptar que no se puede luchar contra lo que se es…

Yo no contesté. La expresión sombría de mi rostro fue más elocuente que cualquier palabra. Josef me conocía lo suficiente como para saber que algo no iba bien y cuando se acercó y percibió ese nuevo olor en mí, no le costó adivinarlo…

- Es esa chica…La periodista…-yo no respondí, simplemente bajé la mirada, eso fue para él una afirmación-

¡¡Vaya!! te confieso que empiezo a sentir curiosidad por ella, al fin y al cabo ha logrado en apenas unos días lo que yo no he podido en décadas… Estoy pensando que tal vez deberías presentármela –sonrió con picardía-

Pero mi mirada feroz se alzó hacia él imponiéndole amenazante un límite claro. Eso le bastó para darse cuenta de que ese no era el camino a seguir y entonces su ironía desapareció.

-Está bien…tranquilo. Ya veo que el vampiro no ha salido voluntariamente ¿Qué ha pasado? Algo grave ha tenido que ser para que estés hoy aquí con esa cara…

Le conté lo ocurrido con Beth en el desierto, le conté del deseo que aquella experiencia había despertado en mí después, mi necesidad de buscarla, de tenerla aún a pesar de que sabía que no debía, aún a pesar de lo que ella había sido para mí todos estos años. Me sentía perdido, desesperado, quería un consejo, una ayuda, la que fuera, para alejarla de mi mente, para borrarla de mí, para recuperar el control. Necesitaba saber si podría hacerlo. El cómo había dejado de importarme si al final era efectivo.

…………….::*&*::……………..

Josef me llevó a la biblioteca, me dejó con una copa en la mano y regresó unos minutos después acompañado de una hermosa mujer de cabellos dorados, escote generoso, rostro angelical y mirada ardiente que se paró frente a mí mientras se mordía el dedo índice en un gesto coqueto de fingida timidez, mientras sus ojos descarados me recorrían de arriba abajo en una insinuante invitación, esperando para ser asaltada. Josef se acercó hacia mí y me susurró:

- Te aseguro que ella podrá aliviar tu “presión” y una vez “liberado" pensarás con más claridad.

- No creo que sea una buena idea Josef…

- Oh vamos, tú sabes que en el fondo eso es lo que has venido a buscar…Tú quieres saber porqué y yo te ofrezco la respuesta ¿Amor o deseo?- y su mano acarició el rostro de la chica hasta bajar a su escote- Vamos Mick, sabes que es la única manera. Un clavo saca otro clavo y si no recuerdo mal tú mismo dijiste que no importaba el cómo. Además... francamente amigo... no creo que una de tus bolsas de sangre pueda ayudarte mucho con eso en este momento…-dijo mientras hacía un gesto disimulado hacia mi bragueta- y ya que no quieres arriesgarte con “tu chica”, tendrás que buscar una salida alternativa ¿no crees?

- Pero y sí…

- Tranquilo, a ella no le asustan los colmillos, créeme. Cierra los ojos y te aseguro que ella será quién tú quieras que sea - me guiñó el ojo y salió de la biblioteca cerrando la puerta tras él -

Entonces la chica me volvió hacia ella y sin apenas darme tiempo a más, se lanzó a mi boca. Sus labios eran suaves y dulces…pero no eran los de ella…no eran los de Beth, no era como yo había soñado que sería besar a Beth, y la dulzura inicial de esos otros labios se convertía en meliflua y desagradable al final. Cerré los ojos, tratando de no pensar, de dejarme llevar tal y como Josef me había dicho. Su lengua buscó la mía perfilando mis colmillos para provocarme mientras su cuerpo comenzaba a moverse moliéndose contra el mío y sus manos bajaban por mi pecho hasta mis pantalones para liberarme…La estreché con rabia y la llevé contra la puerta cerrada mientras ella jadeaba empapada por el deseo de tenerme en su piel y entre sus piernas.

Estaba excitado, no lo niego, pero no era por ella. Era por Beth… y cuando traté de centrarme en aquellas caricias y liberar mi instinto más básico, el olor de la joven, empalagoso y vulgar, se mezcló con el recuerdo del perfume delicado y puro de Beth y me di cuenta de que no podría hacerlo…Miré a uno de los espejos de la pared mientras la besaba tratando de imponérmelo a mí mismo, como un jarabe que no te gusta pero que debes tomar para aliviarte y entonces vi los ojos azules y limpios de Beth observándome en el cristal. Aquello me hizo sentir aún más sucio y fui incapaz de seguir…Solté a la joven haciéndola a un lado, abrí la puerta y salí corriendo, asqueado de todo aquello, asqueado de mí.

Ahora ya sabía que solo podía ser con ella…Ahora ya sabía que no solo la deseaba, también la amaba y si no podía ser con ella, no sería con nadie…

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Llegué a la casa y me fui directo a la ducha. Me arranqué literalmente la ropa mientras el agua fría caía sobre mí... quería limpiar mi cuerpo y mi alma, no quería en mi piel ningún olor, ningún rastro que no fuera de ella y sin embargo era su rastro lo que más me torturaba. Cerré mis puños con la furia de la impotencia sobre la pared alicatada del baño, mientras el agua fría resbalaba por mi piel desnuda.

Tenía que asumir la realidad y tomar medidas por mucho que me doliera, por mucho que me costara. Después de todo si ella era mi adicción solo tenía que mantenerla alejada de mí y vencer el síndrome de abstinencia hasta recuperar el control… Solo era cuestión de tiempo y voluntad…Si había logrado vencer el instinto del vampiro, también podría con esto…Lo haría por ella…lo haría precisamente porque la amaba...aunque ni yo mismo quisiera confesármelo.

Salí de la ducha con fuerzas renovadas. Entonces sonó el aviso de mensajes de mi celular…Era Beth…Ella no entendía mi silencio…Oh Dios!! Si supiera lo doloroso que era para mí mantenerlo…!! Y sin embargo, a pesar de todo, no seríamos ninguno de los dos los que tuviéramos la última palabra...Sería el destino quien hablara y no tardaría demasiado en hacerlo...

PROXIMA SECUENCIA .:*DESTINO*:.